Así es el camino de las buscadoras de víctimas de desaparición forzada en Colombia

Las buscadoras, principalmente mujeres, son víctimas de violencias de género, pasan por dificultades económicas y muchos de sus casos no tienen justicia.

Así es el camino de las buscadoras de víctimas de desaparición forzada en Colombia

El informe “Transformar los dolores en derechos: Riesgos, amenazas y ataques a las mujeres buscadoras en Colombia” de Amnistía Internacional, visibiliza la realidad de las mujeres que dedican su vida a buscar a las víctimas de desaparición forzada en el país.

Este informe, presentado en días pasados en Bogotá, destaca los obstáculos, riesgos y violencias que enfrentan estas mujeres en su lucha por exigir verdad y justicia, y subraya la necesidad de que la sociedad las reconozca y las autoridades garanticen sus derechos.

El informe deja en evidencia la magnitud de las desapariciones forzadas en Colombia.

Según datos de la Unidad de Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas, a marzo de 2024 se han registrado 111.640 casos individualizados. Por su parte, la Comisión de la Verdad estima que entre 1985 y 2016 alrededor de 210.000 personas fueron víctimas de este crimen, cifras que reflejan un subregistro debido al ocultamiento sistemático que caracteriza este fenómeno.

Ana Piquer, directora para las Américas de Amnistía Internacional, resaltó el papel protagónico de las mujeres en esta lucha.

“Madres, esposas, hermanas e hijas han liderado las organizaciones de familiares de víctimas de desaparición forzada en Colombia. Ellas han enfrentado los peores impactos de este crimen y asumido la vocería para denunciar y visibilizar la verdad, a pesar de los riesgos y la impunidad”, afirmó.

Riesgos y desafíos

El informe documenta los múltiples riesgos que enfrentan las mujeres buscadoras, desde estigmatización y violencia física hasta amenazas e intimidaciones que han obligado a algunas a huir del país. Además, denuncia las violencias de género y la afectación económica que sufren las buscadoras y sus familias, agravadas por la falta de justicia y el empobrecimiento asociado a la desaparición de sus seres queridos.

“Nos robaron el pasado y también nos están robando el futuro”, dijo Yanette Bautista, directora de la Fundación Nydia Erika Bautista, al referirse al robo de información y la invasión de sus espacios privados como una estrategia para silenciar su labor.

Esperanza en la Ley de Buscadoras

A pesar de este panorama desolador, el informe celebra la aprobación de la Ley 2364 de 2024, que reconoce y protege de forma integral la labor de las mujeres buscadoras.

Amnistía Internacional propuso un seguimiento riguroso a la implementación de esta ley, basada en cuatro ejes: reconocimiento y prevención de estigmatización, protección frente a ataques, garantía de derechos económicos y sociales, y medidas contra la impunidad.

“La implementación efectiva de esta ley puede contribuir a saldar una deuda histórica con las mujeres buscadoras en Colombia y convertir al país en un referente para las Américas en la lucha contra la desaparición forzada”, aseguró Amnistía Internacional.

Finalmente, Amnistía Internacional hizo un llamado al Estado colombiano para garantizar que la Ley de Buscadoras sea un paso significativo hacia la justicia, la verdad y la reparación, honrando el esfuerzo y sacrificio de quienes han dedicado su vida a encontrar a sus seres queridos.