A propósito del 21 de mayo conmemoración de la abolición de la esclavitud en Colombia
Desde los tiempos de las guerras entre Patriotas y Realistas, los Afrodescendientes, para ese entonces esclavizados, han tenido que vivir con la impotencia de no ser sujetos de cumplimiento frente a los acuerdos entre el Estado y la Comunidad
Por: Manuel Candelo
Procurando del restablecimiento de sus derechos y las garantías para su desarrollo como pueblo, reconociendo la inhumanidad y la injusticia de esta práctica quienes han sufrido durante tanto tiempo la negación de su libertad y la violación de su dignidad.
Hacemos un recuento de lo sucedido en los tiempos de la Colonia, en aras de refrescar la historia y hacer un comparativo con lo que hoy se vive en el país, sin desconocer los grandes avances y logros, pero significando así mismo que los Afrodescendientes continúan dando una lucha, que no tendría fundamento alguno si las normas de este país se llevaran a cabal cumplimiento. De ahí, que en este documento se plantea una realidad y se exponen una serie de normas que deberían desvirtuar lo aquí demandado, toda vez que estas suponen un reconocimiento y acciones del estado (Políticas Públicas) frente a cada situación.
El Estado Colombiano ha sido inoperante frente al cumplimiento de las leyes y normas, en un sentido muy general y que afecta a toda la población; pero se debe valorar que esa inoperancia se agudiza en lo concerniente a los pueblos étnicos. Por esta razón se hace énfasis en una de las etnias (Afro), propendiendo en la gran necesidad de darle cumplimiento a lo establecido en la Constitución de 1991 y reforzado por leyes, normas, decretos COMPES y resoluciones a través de una Política Pública integral que recoja el conjunto de planteamientos; y de garantía de cumplimiento de lo ya establecido u ordenado.
Desde la época de la colonia, hemos visto como en Colombia se promulgan leyes que no siempre son efectivamente implementadas, esto se hace repetitivo especialmente con las que están relacionadas con el restablecimiento de los derechos de las Comunidades Afrodescendientes y la situación se remonta a los tiempos de la Independencia, donde el primer acto de incumplimiento a las leyes se evidencia 1811, en el que los negros lucharon con la motivación de ser liberados una vez terminara la Guerra; a esta comunidad, en ese entonces esclavizada, se le ofrece “libertad para los negros, a cambio de su participación en la guerra de la Independencia”. Inicialmente, los negros hicieron parte del ejercito realista, ya que fueron estos quienes descubrieron las destrezas y la gran capacidad de estos para combatir; a partir de 1814 los negros pasan a hacer parte de los ejércitos patriotas, con las mismas pretensiones y bajo la misma esperanza basados en promesas de LIBERTAD.
Bolívar, que frente a la Reconquista Española buscó refugio en Jamaica, luego se trasladó a Haití, (primera República Negra de América y el mundo), donde logró en 1816, con su presidente Alejandro Petión el mejor acuerdo para su lucha: Este se comprometió a entregar varios miles de armas, pólvora, una imprenta y provisiones; y Bolívar asumió el compromiso de abolir la esclavitud.
Bolívar propuso que si los negros esclavizados deseaban ser libres tenían que tener toda disposición para luchar y morir por dicha libertad. En su totalidad hombres negros mayores de catorce (14) años y menores de sesenta (60) años, se les llamó a escoger entre ir a la guerra por su libertad o morir siendo esclavos. A los negros que ya gozaban del estatus de libertad, se les amenaza con perder dicho derecho, si no se alistaban en el Ejército Patriota.
En un decreto de 1816, afirma Bolívar refiriéndose a los negros “El nuevo ciudadano que rehúse tomar las armas para cumplir con el sagrado deber de defender su libertad quedará sujeto a servidumbre, como también sus hijos menores de catorce años, su mujer y sus padres ancianos”.
“Un arma política” eso vio Bolívar en la libertad para los NEGROS; y aunque en ese entonces no se conocía el concepto de Política Pública, lo más anhelado por la población en cuestión era ver reflejados sus derechos de libertad, una vez se lograra la independencia.
Si hubo una política decidida y acertada de Bolivar, para lograr la Independencia de Colombia, fue el reclutamiento de esclavizados para fortalecer el Ejército Patriota; por ende, esta tácitamente se convirtió en una política contra la esclavitud. Pero esta política encontraba cada vez mayor rechazo entre la aristocracia esclavista y en el gobierno de Santander. A los esclavistas no les satisfacían los bonos de deuda pública que recibían como compensación por los esclavos reclutados en el Ejército.
Días antes de iniciar la Batalla de Palacé, el gobernador Tacón y el Cabildo de Popayán ofrecieron la libertad a los esclavizados que hicieran parte de su ejército. Ya contando con el apoyo de los negros libres del Patía que veían en las fuerzas de las ciudades confederadas un ejército de los esclavistas del Norte y en consecuencia, una amenaza para su libertad. Desde entonces, además de hacer parte de las fuerzas regulares del ejército realista, se conformaron las famosas guerrillas del Patía que hasta último momento mantuvieron en jaque a las fuerzas patriotas y sólo en 1822, por intermedio de Obando, pasaron a hacer causa común con las fuerzas republicanas.
La abolición de la esclavitud no era deseable para la élite criolla que terminó apropiándose del proceso contra la dominación española. Si bien querían la independencia como funcional a sus intereses, se oponían a la libertad de los esclavizados en la medida que ésta les perjudicaba.
El 15 de febrero de 1819, se reunió el Congreso de Angostura convocado por Bolívar, el cual tenía entre sus funciones confirmar legalmente las medidas de guerra tomadas por éste, entre ellas la de la libertad para los hijos de los esclavizados después de los dieciocho años. Después de diez meses de deliberaciones sobre la esclavitud sólo se logró, a través del Decreto del 11 de enero de 1820, la declaración formal del principio según el cual, ningún hombre podía ser propiedad de otro, también la prohibicón del comercio de esclavizados y, lo que es clave, decidió el carácter gradual de la emancipación de la esclavitud con el único pretexto de que "es necesario hacer de ellos hombres, antes que ciudadanos".
Ojo: Este mismo decreto estableció posponer su cumplimiento hasta tanto el próximo congreso hubiese aprobado las leyes que permitieran ponerlo en vigencia.
Entre tanto Bolívar ordenó el reclutamiento de 5.000 esclavizados de las regiones occidentales para continuar la Campaña Libertadora del Sur. Dos cartas cruzadas entre Santander y Bolívar son muy ilustrativas de las posiciones que sobre la libertad de los esclavizados se tenía al momento:
Escribía Bolívar a Santander, explicando la orden de reclutamiento de esclavizados en el ejército: “las razones militares que he tenido para ordenar la leva de esclavizados son obvias. Necesitamos de hombres robustos y fuertes acostumbrados a la inclemencia y a las fatigas, de hombres que abracen la causa y la carrera con entusiasmo, de hombres que vean identificada su causa con la causa pública y en quienes el valor de su muerte sea poco menos que el de su vida” (Carta de Bolívar a Santander, abril/1820).
Las razones políticas expresadas en dicha carta eran aún más poderosas. Se había declarado la libertad de los esclavizados de derecho y aun de hecho..."Todo gobierno libre que comete el absurdo de mantener la esclavitud es castigado por la rebelión y algunas veces por el exterminio como en Haití". "La avaricia de los colonos (en Haití) hizo la revolución porque la República francesa decretó la libertad y ellos la rehusaron" (Carta de Bolívar a Santander mayo/1820).
Para los criollos más lúcidos el temor a un levantamiento NEGRO contra la esclavitud era una razón más poderosa que la libertad misma para promover la emancipación de los esclavizados.
Otros sectores, con Santander a la cabeza, pensaban diferente con relación a este tema, como se desprende de la siguiente carta de Santander a Bolívar sobre el reclutamiento de tres mil esclavizados de los cinco mil solicitados por Bolívar: "Tres mil hombres que valen $300.000 pesos oro, es otro caudal de que se priva a los amos; tres mil hombres cuyo destino es sacar oro, son otros tantos brazos que no se emplearán más".
El 21 de julio de 1821 fue aprobada por el Congreso de Cúcuta la LEY DE MANUMISIÓN de los Esclavos, llamada también de LIBERTAD DE VIENTRES: se confirmó la liberación gradual de los esclavizados definida por el Congreso de Angostura "para no poner en peligro la paz de la Nación y los derechos de los propietarios", se sostuvo. La ley ordenaba la liberación gradual de todos los esclavizados y los nacidos a partir de esa fecha, una vez cumplidos los dieciocho años. Esta ley ordena un impuesto sobre las herencias para la formación de un fondo de manumisión que se destinó a la indemnización de los propietarios de esclavizados por la liberación de los mismos; así mismo la Ley ordena la creación de juntas de manumisión, encargadas de la ejecución de esta ley y del mencionado fondo en los diferentes lugares.
La incapacidad de los esclavizados para asumir su libertad a causa de su ignorancia y degradación moral con consecuencias graves para la paz pública y el atropello que se cometía a la propiedad privada con el despojo a los esclavistas, fueron los argumentos que se impusieron para aprobar una ley formal e inoperante. El Congreso de Cúcuta, favorable a los intereses esclavistas, optó por el camino de la lenta y cruenta descomposición del sistema esclavista.
Históricamente, los gobiernos en consonancia con los intereses de las clases dominantes cuando quieren burlar las aspiraciones populares expiden leyes con las cuales responden a éstas aparentemente, para convencer a los incautos de su buena fe. Esto ha sido heredado de los españoles y explica, en parte, nuestra condición de país de normas y leyes.
Era de esperarse, frente a las disposiciones del Congreso de Cúcuta, sobre la manumisión de los esclavos no se garantizó su aplicación:
· Las juntas de manumisión no se constituían y si se hacía, no funcionaban;
· El impuesto sobre las herencias para el fondo de manumisión no se cobraba, ni se pagaba
· Los jóvenes esclavizados dejaron de cumplir años,
· No se registraron nacimientos de niños cuyos padres estaban en condición de esclavizados.
A partir del año 1821 (año en que se expide la Ley de Manumisión o Libertad de Vientres), hasta el año 1831, no se asienta en los libros parroquiales de Micay una sola partida en que date el nacimiento de niños Afrodescendientes o negros llamados en esa época; igual sucedió con los libros de Timbiquí y de las demás regiones del país con dicha población. Extrañamente faltaban los registros de los años 1822 a 1828 - 1830 - 1832 - 1836 - 1837", (declarado por el Jefe Político del Cantón de Micay).
Lo anteriormente expuesto lleva al deterioro de la situación social, se alteró el orden público en las regiones esclavistas; esclavizados, burlados en sus aspiraciones de libertad, traicionados en los compromisos adquiridos, realizaron revueltas aisladas en los años 1824, 1825, 1826 y 1827. El movimiento del Almirante Padilla fue concebido como parte de este proceso de rebelión. Finalizada la guerra de Independencia, los negros fueron licenciados del ejército por orden de Santander, en 1826.
Para completar la indignación y la impotencia de los esclavizados, en el año 1839, el concierto forzoso de los manumisos que el Congreso de Cúcuta había establecido hasta los dieciocho años se amplió hasta los veinticinco.
El levantamiento del padre Villota en Pasto, da inicio a la Guerra de los Supremos en junio de 1839. Esta aparentemente motivada por razones religiosas, “la supresión de unos conventos en Pasto”, es en realidad un movimiento de la provincia contra el centralismo bogotano. José María Herrán y Tomás Cipriano de Mosquera, utilizaron esta guerra para promover sus intereses políticos. Obando fue prácticamente obligado a sublevarse. En el contexto de la Guerra de los Supremos los esclavizados y los NEGROS libres bajo el mando de José María Obando encontraron las condiciones propicias para desarrollar la fuerza necesaria y enfrentar a los terratenientes esclavistas, particularmente en el Norte del Cauca.
Obando decretó que todos los esclavizados que se uniesen a sus fuerzas serían liberados y sus propietarios compensados con los fondos de manumisión; por esta razón muchos de ellos se unieron a su ejército, mientras otros aprovecharon el desorden para escapar de minas y haciendas.
La inmedible frustración acumulada con la Ley de Manumisión o Ley de Vientres se desbordó, la militancia en las tropas de Obando y las guerrillas de los negros que se habían fugado de las haciendas aprovechando el caos político reforzaron las tradicionales fuerzas de resistencia del cimarronaje; y adquirieron tal fuerza que a partir de esta época, a pesar de los esfuerzos militares de los hacendados y del Gobierno, no pudieron ser controladas sino después de la guerra de los Mil Días y dominada la última guerrilla negra para 1919.
La Guerra de los Supremos contribuyó a ampliar más aún la descomposición del sistema esclavista en el Cauca y a una mayor polarización entre esclavistas y esclavizados, enfrentándolos en una lucha militar abierta en el Norte del Cauca. Desde ese momento el mayor problema de orden público del Cauca se localizó en esta región, especialmente durante toda la segunda mitad del siglo XIX y por los menos la primera década del siglo XX, lapso que coincidente con la formación del campesinado negro, el cual siempre contó con apoyo armado en su lucha por la tierra.
Hasta el 21 de mayo de 1851, se da la Abolición de la Esclavitud en la Colombia independiente, esta con todas las dificultades, trabas y demoras ya mencionadas, habiendo sido una de las promesas de Simón Bolívar en las guerras de Independencia y con la que logra también el apoyo de Haití; las primeras constituciones de la República especificaron medidas al respecto como la Libertad de Vientres (1821). No obstante, la conjugación de errores legislativos y la influencia de poderosos esclavistas impidieron que la libertad de los Afrodescendientes fuera una realidad en la primera mitad del siglo XIX. Fue finalmente con la presidencia de José Hilario López que la libertad de todos los esclavizados se convirtió en una prioridad del gobierno, aunque buscando medidas que evitaran el conflicto con los propietarios.
El debate en el congreso sobre la libertad de los esclavizados se abrió en marzo de 1851 y finalizó el 21 de mayo. Las decisiones se cristalizaron en la Ley de Manumisión, que entró en vigencia el 01 de enero de 1852. Ese día todos los esclavizados fueron declarados libres oficialmente y se comenzaron a entregar bonos de compensación a los propietarios.
A partir del año 1852 tenemos las Constituciones de los años 1853, 1858, 1863 y 1886. En el lapso de 1853 a 1856, rigieron en nuestro país más de sesenta y una (61) Constituciones, todas con la particularidad de que no contenían normas a favor del desarrollo y bienestar de la población Afrodescendiente excepto la de 1863 da paso a la ley 22 de 1981.
Hasta la Constitución de 1991, el Estado Colombiano comienza a emitir un conjunto de normas expedidas por los órganos competentes a favor de la población Afrocolombiana, por la cual la jurisprudencia nacional e internacional intenta trabajar por la protección los derechos fundamentales de las comunidades Negras, Afrocolombianas, Raizales y Palenqueras, como son su identidad cultural, sus territorios, el derecho a vivir libremente y en Paz, entre otros derechos colectivos e individuales que necesitan ser protegidos.