Administración actual instala semáforos en intersección de Antonio Nariño, eliminando glorieta a pesar de advertencias
Por: Rubén Caicedo Celis
Sin embargo, esta decisión ha resultado en serias complicaciones para la movilidad urbana. En lugar de facilitar un desplazamiento fluido y sin interferencias, los nuevos semáforos han generado incomodidad, inconformidad e inmovilidad en la zona.
Es crucial revisar el principio de planeación aplicado a la contratación estatal y esperar que las entidades responsables verifiquen el cumplimiento de los criterios esenciales para intervenir en la infraestructura de manera que favorezca la movilidad en la ciudad, en lugar de perjudicarla.
Hoy, no tiene nada de extraño ver las largas filas de vehículos apostados sobre la Calle 18 N y sobre la Carrera 9a en todos los sentidos esperando a que estos nuevos elementos les den paso. Hoy está a prueba un nuevo elemento creado por movilidad futura SAS que en lugar de viabilizar un desplazamiento fluido y sin interferencias, desde su puesta en funcionamiento ha generado solo inconformidad, incomodidad, e inmovilidad…nuevamente.
Resulta curioso que no se vea la presencia de cámaras, flashes ni periodistas cercanos haciendo el seguimiento mediático de la inauguración de estos elementos. Esta administración se ha caracterizado por salir a los medios solo para reclamar indulgencias, pero guarda un profundo silencio cuando se trata de expresar criterios técnicos precisos y aceptar responsabilidades.
No, no están en pruebas, no están en mediciones, no están en recálculos, ni modelaciones, ni simulaciones. Están puestos allí, ya funcionan, nos han afectado a todos y han generado desde ya un impacto negativo a la movilidad porque no la promueven, la limitan. Como dato: funcionaba mejor el flujo libre, sin detención por semáforos, ahí va un “tip” que si se maneja adecuadamente puede establecer una solución juiciosa, usando otro tipo de dispositivos. Movilidad Sin Semáforos ¿recuerdan?
Antes de la instalación de los semáforos, como se ha mencionado en ocasiones anteriores, era necesario realizar una actualización detallada del estudio de tráfico utilizado para estructurar el proyecto. Según los estándares técnicos, se requería realizar nuevos conteos de tráfico y generar simulaciones que permitieran evaluar diversos escenarios y confirmar la necesidad de la instalación, así como determinar los tiempos adecuados para su puesta en funcionamiento. De un estudio serio y competente deberían haber surgido medidas específicas de acción durante la implementación. Sin embargo, se ha evidenciado improvisación al colocar auxiliares de tránsito en lugar de guardas de tránsito en esquinas cercanas para minimizar los impactos. Hoy se ve de nuevo la improvisación, poniendo auxiliares de tránsito, que no guardas de tránsito, a controlar en esquinas aledañas para minimizar los impactos.
Los impactos se están sintiendo gradualmente en el cruce de la Carrera 11 con la Calle 18N (esquina de las barberías), donde finalmente se reemplazó a los habitantes de calle por auxiliares de tránsito. Resulta curioso que esta decisión se haya tomado solo ahora, después de meses de omisión que han puesto en riesgo a la ciudadanía y han fomentado la mendicidad.
Es posible que pronto aparezcan auxiliares de tránsito en el cruce de la Carrera 8ª con la Calle 18N, y es muy probable que, si la congestión persiste, sea necesario colocarlos en esquinas adicionales para manejar los eventos y minimizar el potencial de accidentes. No debemos olvidar que un auxiliar de tránsito termina actuando como un pequeño semáforo temporal.
¿Nos induce esto a considerar nuevamente la necesidad de concesionar la red semafórica? Por favor no caigamos en equívocos apoyando una posible intención que es solo de negocio, no es de concesiones, es un trabajo de Ingeniería Vial que se supone el “Ente Gestor” debería suplir con suficiencia y sobrada experiencia.
Se suma al evento de este fin de semana la extraña demora de más de 6 meses en la finalización de las obras correspondientes a este proyecto. Resulta sorprendente que una empresa de ingeniería, supuestamente conocedora y experta en este tipo de proyectos, demore tanto tiempo en realizar pavimentaciones menores en espacios pequeños de carril y que a la fecha no se vean terminados andenes, separadores, de marcación, y otra serie de detalles que son minúsculos para una obra de estas características. Es inexplicable que, hasta la fecha, se sigan llevando a cabo obras de características menores en el proyecto de la glorieta Antonio Nariño, lo cual inevitablemente resulta en un sobrecosto para la empresa constructora debido a una prolongada permanencia en la obra para atender tareas menores.
Como se mencionó en ocasiones anteriores, se copió en la antigua glorieta Antonio Nariño una intersección exactamente igual a la que actualmente existe en el cruce de la calle 25 norte con la carrera novena, conocida como Campanario. Estas dos intersecciones son de gran importancia para la ciudad y concentran un alto volumen de tráfico que se desplaza de norte a sur. Se requieren soluciones expeditas para garantizar una movilidad adecuada con el menor número de interferencias posibles.
Es crucial destacar que el otro proyecto al que se le ha dado amplia publicidad, la denominada vía de los próceres, no incluye en sus alcances las soluciones para las intersecciones con la vía Panamericana y la variante de Popayán y que desde sus inicios ha presentado ya problemas para la ejecución. Debe señalarse que este proyecto traerá consigo otra intersección con las mismas características semafóricas pero en esta oportunidad en el sector de Torremolinos, sin que se haya previsto el diseño de una intersección adecuada, a desnivel, que resuelva la dificultad de movilidad generada por las intersecciones semafóricas en sus extremos, cuando desde hace un par de años la congestión en horas de alta demanda alcanza la salida de Campobello con total tranquilidad.
Es evidente que una entidad como Movilidad Futura carece de capacidad técnica, y los recursos se han dirigido hacia ajustes de diseños realizados por personas sin la competencia necesaria. Esto ha llevado a la ciudad a perder una de las oportunidades más valiosas que ha tenido en años para crear una infraestructura eficiente. Esto no hace referencia a los estudios contratados a la Universidad del Cauca al inicio de la gestión de la empresa Movilidad Futura SAS. Se hace referencia a los trazados que han sido modificados directamente por el personal de Movilidad Futura SAS con un enfoque insignificante, sin competencia, sin experiencia y sin pensar adecuadamente en el futuro de la ciudad. Los diseños parecen más un ejercicio de nivel de pregrado que se queda corto ante los requerimientos de una Capital de Departamento. ¿Dónde se encuentra Movilidad Futura S.A.S. frente al a solución del problema de congestión que ha generado?
Es evidente que la entidad Movilidad Futura S.A.S. se encuentra muy rezagada en la solución del problema de congestión que ha generado. En cuanto a la movilidad, la mejora ha sido mínima. Una obra de apenas 1200 metros ha tomado casi dos años en su construcción, desde que se retiró la glorieta sin reemplazarla por una estructura eficiente como un paso elevado o deprimido, sino con un conjunto de semáforos que van en contra de la esencia misma de la movilidad.
Dentro de su infraestructura, se consideraron espacios para la movilización de bicicletas sin un estudio de caso adecuado, colocando a las bicicletas a circular en el lado exterior de la acera, lo cual representa un riesgo para los automóviles y pone en peligro a los pasajeros que descienden en esa misma área. Además, resulta frustrante que no se haya establecido una conectividad adecuada con otras infraestructuras para bicicletas, sino que los nuevos trayectos se interrumpen en algunos extremos.
¿Movilidad Futura? Difícilmente se puede llamar así, ya que la situación se repite con una Inmovilidad Presente. Y la pregunta fundamental, que debería responder a la esencia para la cual se creó esta entidad, es: ¿Para cuándo el Sistema Estratégico de Transporte Público (SEPT)? ¿Y el fondo de estabilización? ¿La renovación de vehículos? ¿La reconversión empresarial? ¿La mejora en el servicio? ¿La reestructuración de rutas? En esos aspectos, solo se ven triunfos desde la perspectiva de la entidad, pero los ciudadanos percibimos lo contrario, ya que las obras son responsabilidad fundamentalmente de la Secretaría de Infraestructura.
La planeación es un elemento fundamental para el desarrollo sostenible de una ciudad, de un país, ya que permite establecer metas, objetivos y estrategias que orienten las acciones de gobierno, las inversiones públicas y privadas, así como la asignación eficiente de recursos.
No observar el principio de planeación en Colombia puede tener un impacto negativo en diferentes aspectos de la sociedad, desde el desarrollo económico hasta la calidad de vida de los ciudadanos. Es fundamental que la ciudad promueva una cultura de planificación y establezca mecanismos efectivos para garantizar la implementación de planes y políticas que impulsen un desarrollo sostenible y equitativo.
En Colombia, no observar el principio de planeación puede tener diversas consecuencias legales. El principio de planeación se encuentra consagrado en el artículo 2 de la Ley 152 de 1994, conocida como la Ley Orgánica del Plan de Desarrollo, y establece la obligación de formular, adoptar y ejecutar planes de desarrollo a nivel nacional, regional y local.
Si una entidad pública no cumple con este principio, puede enfrentar las siguientes consecuencias legales:
1. Responsabilidad administrativa: El incumplimiento del principio de planeación puede llevar a que se inicien procesos disciplinarios en contra de los funcionarios responsables. Estos procesos son adelantados por las autoridades competentes y pueden resultar en sanciones como amonestaciones, suspensión temporal del cargo o destitución.
2. Responsabilidad fiscal: Si el incumplimiento de la planeación conlleva irregularidades financieras o malversación de recursos públicos, los responsables pueden ser objeto de procesos de responsabilidad fiscal. La Contraloría General de la República es la entidad encargada de adelantar estos procesos y, en caso de comprobarse el daño patrimonial, puede imponer sanciones económicas y ordenar la restitución de los recursos.
3. Responsabilidad penal: En casos graves de incumplimiento de la planeación que puedan constituir delitos, los responsables podrían enfrentar procesos penales. Esto dependerá de la gravedad de las irregularidades y de si se configura algún delito contemplado en el Código Penal colombiano, como la corrupción, el peculado, la concusión, entre otros. En caso de ser hallados culpables, podrían recibir penas privativas de libertad.
Las consecuencias legales pueden variar dependiendo de las circunstancias específicas de cada caso. Además, existen otros principios y normas relacionadas con la planeación, como la participación ciudadana y la evaluación periódica de los planes, que también deben ser observados y que pueden generar consecuencias legales en caso de incumplimiento.
Entonces: ¿Se mantendrán esos elementos funcionando en las condiciones actuales? ¿Se hace necesario su cambio, y el diseño de un elemento que aporte movilidad a la ciudad? ¿Qué pasa entonces con los costos invertidos y los que restan por invertir, que podrían perderse? ¿Nuevas “mesitas de trabajo” para calmar los ánimos, prolongar las decisiones en el tiempo, y no llegar a acciones concretas? ¿Qué más debe ocurrir? ¿Hasta dónde debe retroceder la ciudad y su movilidad? ¿Cómo es que estas obras siguen el lema de “Estamos Construyendo el Desarrollo de Popayán”? ¿Cómo es que están pensadas al futuro?
Ya después de instalados los elementos, sumado a las injustificadas demoras para la terminación de las obras, tomar una decisión en contra de su funcionamiento dispara inmediatamente el aparato estatal a establecer responsabilidades.
Si los habitantes de Popayán no observamos de manera adecuada este tipo de contrataciones, la movilidad se verá cada vez más comprometida debido a la incompetencia de quienes están a cargo de la estructuración de los procesos licitatorios sin cumplir adecuadamente los requisitos del principio de planeación. Lamento mi ciudad de esta manera, sin gobierno, un campo abierto sin ley, sin orden, con obras sin rumbo, con celos, un collage de criterios, pero sin criterio técnico.