Agustín Codazzi es otro de los municipios colombianos libres de minas

La Brigada de Desminado Humanitario del Ejército Nacional informó que la Zona I del municipio ha sido declarada libre de sospecha de minas antipersonal.

Agustín Codazzi es otro de los municipios colombianos libres de minas

Atrás quedaron esos días o momentos en los que los campesinos de las veredas de Agustín Codazzi, departamento del Cesar, eran despertados por el sonar de las balas, las bombas o las explosiones de las minas antipersonal que, en ocasiones, eran activadas por sus animales de crianza, por algún familiar o conocido. Ellos, salían con temor a trabajar en el campo.

Durante décadas, el olor del café que se cultiva en las montañas de la Serranía del Perijá, se confundía con el olor a pólvora, la neblina, se perdía por el humo que dejaban las fuertes detonaciones. Los caminos y senderos no eran seguros. Todo era zozobra, terror y miedo; hoy, hay esperanza en la zona rural de este municipio porque se dio el anuncio de un nuevo territorio en Colombia libre de minas.

El anuncio ha sido celebrado por campesinos de la vereda El Once, territorio que, por años, fue azotada por la violencia de los grupos armados. En ese lugar, las guerrillas, los paramilitares y el Ejército se enfrentaban en cualquier momento. En medio de los combates, los campos fueron minados por los grupos irregulares. Soldados y campesinos cayeron mutilados o perdieron sus vidas por esta práctica prohibida por el Derecho Internacional Humanitario.

La  lideresa campesina de la vereda, Isabel Muñoz, tuvo que vivir esos años de angustia en los que la violencia también la marcó, pero hoy, tiene esperanza, porque ya no están estos peligrosos elementos.

 “Le doy gracias a Dios y al Ejército Nacional que por medio del Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario  No. 3 hoy puedo cultivar y recoger mis cultivos sin temor de caer en un artefacto explosivo”, expresó en medio de la emoción al enterarse de esta noticia.

Por su parte Ananín Flórez, lideresa campesina, resaltó el trabajo de los soldados desminadores en esta zona del país. “Ellos han hecho una hermosa labor de limpiar nuestro territorio de minas antipersonal que pueden afectar la integridad física de los campesinos que cultivamos el campo. Hoy tenemos más confianza al salir porque podemos sembrar y cosechar nuestros productos”, dijo.

El accionar de los grupos armados organizados y su siembra indiscriminada de minas dejaron en el departamento del Cesar, de acuerdo al Ejército Nacional, 104 víctimas, algunas perdieron hasta la vida.  Civiles y militares se vieron afectados sin discriminación por estos artefactos entre los años 2000 y 2025, de ellos, doce accidentes se registraron en Agustín Codazzi, ocho de ellos fueron fatales.

Meter aquí una de las fotos den donde están desminando los soldados con la leyenda: "Por la labor realizada, los soldados fueron condecorados por la administración municipal".

El teniente coronel Luis Germán Echavarría Zapata, comandante del Batallón de Ingenieros Desminado Humanitario # 3, explicó que este es un trabajo que han venido realizando desde hace varios años, el cual ha sido articulado con la comunidad. “Ellos nos acogen, son los que nos indica dónde podría haber sospechas de minas antipersonal”, expresó el oficial, quien reiteró que la labor que realizan en los territorios con sospecha de minas antipersonal en el país, es netamente humanitaria.

El coronel dijo además que, los soldados del Batallón de Ingenieros de Desminado Humanitario # 3, junto con la comunidad, caminaron, preguntaron, registraron historias y consolidaron 49 reportes. Esta labor, en la que los desminadores arriesgaron sus vidas para salvar las de los cesarenses, dejó como resultado más de 7.000 m² despejados, los cuales fueron declararon seguros. “No fue solo una operación técnica. Fue una labor de paciencia, de escuchar la memoria de quienes conocen la tierra mejor que cualquier mapa”, expresó el oficial.

Con este anuncio de paz, hoy se puede afirmar que, en Agustín Codazzi, Cesar, los campesinos pueden caminar, trabajar y sembrar la tierra porque una amenaza desapareció y comienza a brotar nuevamente la vida.