Amarildo Correa: Una gestión ambiental y administrativa en picada que el Cauca no merece

La Corporación Autónoma Regional del Cauca (CRC), entidad encargada de velar por la protección ambiental y el desarrollo sostenible de uno de los departamentos más biodiversos de Colombia, atraviesa una de sus peores crisis institucionales.

Amarildo Correa: Una gestión ambiental y administrativa en picada que el Cauca no merece

Los números no mienten: bajo la dirección de Amarildo Correa Obando, la ejecución física del Plan de Acción 2024-2027 cayó al 53%, el porcentaje más bajo en 12 años. Mientras en administraciones anteriores se superaba el 85%, hoy el Cauca tiene proyectos paralizados, $6.290 millones sin invertir y problemáticas ambientales críticas sin resolver. ¿Dónde está el compromiso con el ambiente?

Los sindicatos SINTRACRC y Sintrambiente han denunciado, con datos en mano, una cadena de decisiones desastrosas. Las demoras en contratación con procesos viciados que priorizan la discrecionalidad sobre la meritocracia, los nombramientos provisionales mediante resoluciones 167 y 169 de 2025 (sin respetar la carrera administrativa), y la contratación de profesionales que incumplieron sus obligaciones, revelan una gestión más preocupada por los intereses particulares que por el bien común.

Pero el daño no es solo administrativo. El Plan de Gestión Ambiental Regional (PGAR 2024-2035) carece de una línea base para medir resultados, lo que convierte sus metas en letra muerta. Peor aún: se ha vulnerado el libre ejercicio sindical, espiando comunicaciones internas para silenciar la protesta legítima. Esto no es solo incompetencia; es un ataque frontal a los derechos laborales y a la democracia.

Exigimos transparencia. Exigimos que Amarildo Correa rinda cuentas por el despilfarro de recursos, por los nombramientos a dedo y por poner en riesgo el futuro ambiental del Cauca. La CRC no puede ser un botín político. El Cauca necesita una dirección que respete la ley, priorice el ambiente y honre el trabajo de sus funcionarios.

Esto no es más que el fruto podrido de una práctica caucana tan arraigada como vergonzosa: convertir cargos técnicos —que exigen habilidades y rigor— en monedas de trueque para el clientelismo. ¿Acaso hay mejor ejemplo que nombrar a exalcaldes o figuras partidistas, más enfocados en acumular votos para la próxima elección que en leer un informe o ejecutar proyectos de impacto real? Gracias, ilustres politiqueros, por vendernos discursos inflamados de "lucha social" mientras llenan la administración pública de lealtades, no de competencias.

un agradecimiento especial para ti, Tito, arquitecto de este despropósito: desde que la elección popular de gobernadores y alcaldes se convirtió en tu excusa para repartir puestos como si fueran caramelos, el Cauca dejó de tener instituciones para albergar un "directorio político". Mientras el territorio clama por bosques protegidos, ríos sin contaminación e infraestructura digna, ustedes se dedican a repartir cargos como si fueran volantes de campaña. ¡Qué eficacia la suya! Para selfies en actos protocolarios y promesas vacías, son imbatibles. Pero para gobernar… ah, eso sí es materia pendiente.

La elección de Amarildo Correa Obando como director general de la CRC impulsada en 2023 por un Consejo Directivo cómodamente alineado con los intereses del entonces gobernador Elías Larrahondo no fue más que un cálculo político disfrazado de institucionalidad. Mientras Larrahondo cuadraba su posible ascenso al Congreso de Colombia en las próximas elecciones, los caucanos heredamos una gestión ambiental marcada por la improvisación.

Queda claro que aquel nombramiento no buscaba proteger el territorio, sino consolidar una red de favores. El legado es una CRC convertida en trampolín político, donde la técnica se rinde ante el clientelismo. ¿Hasta cuándo seguiremos pagando el precio de ambiciones ajenas al bien común?

¡Bravo! Su "gestión" nos ha legado un departamento sin credibilidad institucional, pero con un récord en improvisación.


La ineptitud, señores, no es un mérito cuando se juega con el futuro de un territorio.

Hoy los trabajadores no tuvieron más remedio que realizar una manifestación pacífica frente a la Casa de la Moneda, sindicatos de la Corporación Autónoma Regional del Cauca (CRC) denunciaron irregularidades en la gestión de la entidad, afectando su labor ambiental y las condiciones laborales.

Los trabajadores exigen transparencia en la contratación, actualización de procesos y respeto al ejercicio sindical, señalando al director Amarildo Correa por presuntas injerencias indebidas.

Además, se reafirmaran en su denuncia sobre la baja ejecución del Plan de Acción 2024-2027, que alcanzó solo el 53%. Ante este panorama, hacen un llamado urgente a la Procuraduría, Contraloría y demás entes de control para intervenir de inmediato y garantizar el cumplimiento de la ley. Advierten que, de no obtener respuestas, continuarán con nuevas acciones de protesta.