Armando Meléndez: el defensor de la corrupción y matador de la verdad

Cuando el periodismo olvida su deber con la verdad y se arrodilla ante el poder, deja de ser periodismo. Y eso es exactamente lo que representa hoy Armando Meléndez, quien no se dedica a investigar, sino a perseguir a quienes sí lo hacen.

Armando Meléndez: el defensor de la corrupción y matador de la verdad

Meléndez no cuestiona el uso del poder para anular 22 comparendos de tránsito a familiares del representante Jorge Bastidas. No le incomoda que se hayan firmado resoluciones sin prueba jurídica alguna. No le inquieta que una dependencia pública se haya convertido en una oficina de favores políticos.
Su problema es otro: que alguien haya tenido la osadía de contarlo.

Meléndez, el abogado del diablo (y del clientelismo)

Este personaje, que se cree custodio del buen periodismo, hoy actúa como guardián de la impunidad. En vez de exigir claridad sobre el caso de Lizeth Vanessa Plazas Quibano y las revocatorias express, prefiere desviar el debate con ataques personales contra periodistas incómodos.

¿Denunciar irregularidades le parece chisme?
¿Revelar documentos oficiales le parece delito?
¿Señalar corrupción es, para él, “hacer show”?

Ese es su estándar: mientras los poderosos roban en silencio, él grita en nombre de la ética… pero calla frente a los hechos.

Un falso jurado de valores

Armando Meléndez, que se presenta como analista, jurista y comunicador de principios, jamás ha denunciado una sola irregularidad del poder local. Ni una.
Cuando el concejo guarda silencio, él aplaude.
Cuando la Fiscalía duerme, él justifica.
Cuando el ciudadano exige respuestas, él le pide silencio.
Y si alguien levanta la voz, lo acusa de “inquisidor”.

Así actúan los verdaderos enemigos del periodismo: no con balas ni censura directa, sino con desprestigio disfrazado de argumento jurídico.

¿Y la verdad, Armando?

La verdad es esta:

  • Que Lizeth Plazas firmó 22 resoluciones sin soporte penal ni disciplinario.
  • Que el Estado fue usado como escudo privado.
  • Y que tú, Armando Meléndez, estás más ocupado en proteger el sistema que en denunciarlo.

Hoy el periodismo no necesita más bufones. Necesita voces valientes que denuncien lo que otros callan.
Por eso, mientras tú difamas, nosotros investigamos.
Mientras tú callas por conveniencia, nosotros hablamos por principios.

Jamás nos arrodillaremos ante el poder. Y tampoco ante sus voceros disfrazados de moralistas.

Hashtags y llamada a la acción

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