Así golpeará la reforma tributaria de Petro a los colombianos
A pesar de que los impuestos van dirigidos a los sectores más pudientes de la sociedad, la preocupación se extiende a otros sectores.

El Gobierno Democrático de Gustavo Petro radicó este 1 de septiembre en el Congreso la propuesta de reforma tributaria, también llamada Ley de Financiamiento, con la que pretende recaudar más de 26 billones de pesos para respaldar el Presupuesto General de la Nación para este 2026.
El anuncio de esta iniciativa abrió un intenso debate, pues aunque la administración insiste en que la medida está dirigida a los sectores con mayor capital, distintos análisis muestran que los cambios tocarán de manera directa a la clase media y a los hogares de menores ingresos, denunciaron medios de comunicación privados del país.
Durante la pasada alocución presidencial, Gustavo Francisco Petro defendió la iniciativa asegurando que los ajustes no golpearán a la mayoría de ciudadanos. “Cuando decimos que impuestos a los vehículos de alto cilindraje le ponemos impuesto a la gasolina, pero el pobre no usa casi gasolina, el que más usa es el de las 4 puertas, le ponemos impuesto a la renta de la banca porque la utilidad de los banqueros es el producto del trabajo de los demás colombianos”, agregó el mandatario.
Pese a estas aclaraciones, expertos y gremios han advertido que los efectos de la reforma se sentirán en productos de consumo cotidiano, combustibles, bebidas alcohólicas y espectáculos culturales y deportivos.
Uno de los puntos más polémicos es el incremento del IVA a las bebidas alcohólicas, que pasará del 5 por ciento al 19 por ciento. A este se suma el aumento del impuesto al consumo, el cual actualmente es de $340 por grado alcoholimétrico y que, con la reforma, se elevaría a cerca de $750.
La Fábrica de Licores de Antioquia (FLA) alertó que este cambio disparará los precios en el mercado. Según Esteban Ramos, presidente de esa factoría, una botella de aguardiente de 750 ml que hoy cuesta en promedio $37.000 al distribuidor podría llegar a $52.000. El impacto final para el consumidor sería aún mayor, con un aumento cercano al 60 por ciento.
También, frente a este panorama, la Asociación de Bares de Colombia, Asobares, mostró preocupación por las consecuencias para la economía nocturna, más en un país que a veces deja de comer para invertir den rumba y consumo de alcohol. En un comunicado señaló que la reforma representa “un grave riesgo para la sostenibilidad de los bares, gastrobares, restaurantes y, en general, para el ecosistema de la economía nocturna y el turismo en el país”.
Combustibles y transporte: efectos en cadena
Otro de los puntos sensibles del articulado es el alza del IVA en los combustibles. La gasolina pasará de pagar un 5 por actual a 10 por ciento en 2026, y desde el 1.° de enero de 2027 quedará en la tarifa plena del 19 por ciento. Para el diésel, se plantea un esquema de transición: 10 por ciento durante 2026 y 2027, y la tarifa general de 19 por ciento a partir de 2028.
Los cálculos indican que esta medida generaría un incremento de entre $1.750 y $2.000 por galón, lo que tendría un efecto directo no solo en los conductores particulares, sino en el transporte público y de carga, con repercusiones en el costo de bienes y servicios.
Entretenimiento y espectáculos culturales
La reforma también contempla un impuesto al consumo del 19 % para boletas de espectáculos que superen los $500.000. Este ajuste aplicará a eventos deportivos, culturales y de entretenimiento. De aprobarse, las entradas para conciertos o partidos de fútbol tendrían un aumento adicional de entre $95.000 y $135.000, dependiendo del precio inicial
Más allá de los tributos al consumo, la reforma plantea variaciones en impuestos directos que impactarán a personas con altos ingresos y patrimonios. Liliana Heredia Rodríguez, directora de Tributación del Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, explicó que “en los impuestos directos, tanto las rentas más altas como los patrimonios, verían un aumento en su tributación. En renta, la tarifa marginal más alta para las personas naturales sería del 41%”.
En el caso de ganancias ocasionales, ya no serán dos años sino cuatro los requeridos para que la utilidad en la venta de un activo fijo se considere ganancia ocasional y no renta. Además, la tarifa sobre herencias será más alta y los premios de loterías y apuestas pagarán un 30 %, frente al 20 % actual.
En cuanto al impuesto al patrimonio, Heredia detalló que “se modifican tanto la base gravable (que disminuye de 72.000 UVT a 40.000 UVT) como las tarifas, donde la más elevada es del 5% y aplica para patrimonios que superen 2 millones de UVT (aproximadamente 99.600 millones de pesos a valores de hoy)”.