“Buen viento y buena mar”: Petro se despide de Laura Sarabia tras su renuncia como canciller

La funcionaria publicó la carta en su cuenta de X este 3 de julio de 2025 a las 7:00 de la mañana.

“Buen viento y buena mar”: Petro se despide de Laura Sarabia tras su renuncia como canciller

El presidente Gustavo Petro se pronunció este miércoles 3 de julio sobre la renuncia de Laura Camila Sarabia Torres, quien hasta hoy se desempeñaba como canciller de Colombia.

A través de su cuenta en la red social X (antes Twitter), el mandatario agradeció su labor tanto en la campaña como en el gobierno, destacando su disciplina, inteligencia y compromiso.

“Deseo a Laura Sarabia la mejor de las suertes. Creo que fue vital en la campaña por su orden y disciplina, estuvo siempre y firme en el equipo de acción al que pertenecía, yo como orador y candidato, ella como hormiguita organizadora”, escribió el presidente.

Petro también valoró sus capacidades en el ejercicio público y envió un mensaje con tono reflexivo:

“Y luego en el gobierno descubrí, si escoge ese camino, que tiene la inteligencia que capta con rapidez. La mente rápida que se enriquece con mucho estudio. Hay que poner el corazón en los más pobres, en lo justo, nunca dejarse conquistar por la codicia. La codicia es la enemiga de la revolución y de la vida. Espero que hoy Laura sea una mejor mujer de la que era cuando me conoció. Buen viento y buena mar”.

Carta de renuncia

En una carta dirigida al presidente, fechada en Bogotá el 3 de julio de 2025, Laura Sarabia expresó su decisión de dar un paso al costado por razones de coherencia y conciencia institucional. A continuación, el texto completo de su misiva:

La parte más importante de mi vida pública ha transcurrido a su lado. Juntos hemos alcanzado grandes victorias, atravesado momentos difíciles, discutido con intensidad y compartido reflexiones con honestidad. Nos hemos conocido en las buenas y en las no tan buenas, y en ese recorrido fortalecimos una relación basada en la confianza, la franqueza y una idea que usted me enseñó: que la lealtad es, ante todo, cuidar del otro.

He tenido el inmenso honor de acompañarlo desde distintos espacios: como jefa de gabinete, directora del DAPRE, del DPS y ahora como canciller. Pero más allá de los cargos, lo hice como una servidora pública convencida de que transformar a Colombia exige decisiones valientes, diálogos honestos y una brújula ética clara. En ese espíritu, celebré con entusiasmo lo que consideré justo, y también expresé mis desacuerdos con respeto y convicción, como lo hago ahora.

En los últimos días se han tomado decisiones que no comparto y que, por coherencia personal y respeto institucional, no puedo acompañar. No se trata de diferencias menores ni de quién tiene la razón. Se trata de un rumbo que, con todo el afecto y respeto que le tengo, ya no me es posible ejecutar.

Mi renuncia es el resultado de una reflexión profunda, motivada por la responsabilidad que siento con mi conciencia, con el país y con la forma en que entiendo el ejercicio del poder público. Me retiro con la tranquilidad de haber entregado lo mejor de mí y con la certeza de que hay momentos en los que decir adiós es también una forma de cuidar.

Ha sido un camino exigente, con enormes costos personales y familiares, pero también profundamente enriquecedor. Me voy con inmensa gratitud por la oportunidad histórica de servir a Colombia desde su gobierno, con aprendizajes valiosos, muchos de ellos suyos, y con la convicción intacta de que este país merece un destino más justo, más digno, más humano.

Le deseo un cierre de gobierno exitoso. Siempre encontrará en mí una interlocutora abierta al diálogo, al debate respetuoso y a la búsqueda de salidas para los grandes desafíos de nuestra sociedad.

Colombia sí puede ser una potencia de la vida. Ese sueño exige unidad, humildad y decisiones valientes. Ojalá logre construirlo en esta recta final.