Choque en La Floresta evidencia los riesgos de mezclar alcohol y conducción
En las últimas horas, un impactante video registrado en la glorieta que conecta los barrios La Floresta y Los Sauces nos recuerda, con una crudeza desgarradora, las trágicas consecuencias de la irresponsabilidad al volante.
Uno de los conductores de moto, evidentemente bajo los efectos del alcohol, provocó un accidente que dejó a ambos implicados con heridas de gravedad, alterando sus vidas y, sin duda, las de sus familias.
Este lamentable hecho no es aislado. En esta época decembrina, cuando las festividades invitan al disfrute y a los encuentros familiares, los excesos también acechan. Es imperativo reflexionar: ¿cuántas tragedias más necesitamos para entender que combinar alcohol y conducción es una fórmula letal?
Conducir bajo los efectos del alcohol no solo pone en riesgo la vida del irresponsable conductor, sino también la de personas inocentes que comparten las vías. Es un acto de total desdén hacia la seguridad propia y colectiva. Lo que inicia como una noche de celebración puede terminar en una tragedia para múltiples familias, arruinando no solo la Navidad, sino dejando heridas emocionales y físicas que perdurarán para siempre.
El llamado es claro y contundente: si va a tomar, no conduzca. En esta temporada, más que nunca, es necesario recordar que sus seres queridos lo esperan en casa. Actuar con responsabilidad es un acto de amor hacia quienes lo rodean y hacia la sociedad en general.
Invitamos a las autoridades locales a reforzar los controles y sanciones para quienes infringen esta norma básica de convivencia. Pero, más allá de la acción estatal, este es un asunto de conciencia individual. Si va a celebrar, organice con antelación su transporte: opte por un conductor designado, un taxi o cualquier medio que no implique asumir un riesgo innecesario.
Hoy, desde este espacio, no solo condenamos estos actos de imprudencia, sino que también hacemos un llamado a la reflexión. Que esta temporada navideña sea recordada por las sonrisas, los abrazos y los momentos compartidos en familia, no por tragedias que pudieron evitarse.
La vida es un regalo invaluable. Valore la suya y la de los demás. Sea responsable.