Colombia cierra presidencia pro tempore de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) con cooperación transformadora

Colombia participa en los trabajos para unir a las naciones de esta zona del mundo y generar bienestar para sus ciudadanos.

Colombia cierra presidencia pro tempore de la Asociación de Estados del Caribe (AEC) con cooperación transformadora

Con una visión centrada en la transformación social, la integración regional y el protagonismo de los pueblos, Colombia culmina la presidencia pro tempore de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), en el marco de la Semana del Gran Caribe que tuvo lugar en Cartagena y continúa hoy en Montería. El país asumió su liderazgo con el objetivo de renovar el sentido de la cooperación en la región, proponiendo una agenda concreta, basada en resultados, inclusión y sostenibilidad.

Este viernes 30 de mayo concluye la Semana del Gran Caribe con la 10ª Cumbre de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno de la AEC, en Montería. Este evento marcará un punto de inflexión en la política exterior colombiana, que abandona el formalismo para proyectar una cooperación transformadora, centrada en las personas, en la justicia climática y en la construcción de un nuevo relato latinoamericano y caribeño desde los territorios.

Durante la IX Conferencia Internacional de Cooperación de la AEC, la canciller Laura Sarabia reafirmó este enfoque al declarar: “La cooperación no se puede medir en cuántas fotos o cuántos cancilleres nos reunimos. La cooperación se debe medir en cuántas vidas hemos transformado en el Caribe, en el Pacífico y en cada uno de nuestros territorios”.

Con esta frase, Colombia marcó un giro hacia una política exterior que valora la acción efectiva por encima de la retórica y el protocolo.Uno de los principales hitos de esta presidencia fue la formalización de la solicitud de Colombia para convertirse en miembro pleno de la Comunidad del Caribe (CARICOM), trascendiendo su estatus de país observador. Esta decisión refuerza el compromiso del país con una integración profunda, construida desde la confianza política, la cooperación técnica y el intercambio de saberes.

Además, Colombia lideró la propuesta de una Confederación de Pueblos Étnicos del Caribe Occidental, con el propósito de fortalecer la diplomacia de los pueblos y visibilizar las voces históricamente excluidas. Este esfuerzo fue reconocido como una iniciativa pionera para incorporar a comunidades afrodescendientes, indígenas y raizales en la toma de decisiones regionales, abriendo nuevos espacios de representación y participación.

En materia de desarrollo sostenible, el país promovió alianzas en economía circular, digitalización de territorios costeros, seguridad alimentaria y cooperación en salud pública. También se instalaron mecanismos de articulación Sur-Sur y Triangular con proyectos concretos, como el impulso de energías limpias en comunidades vulnerables, la implementación de sistemas de agua potable y programas de conectividad educativa en zonas rurales.

Durante los encuentros, Colombia insistió en que los desafíos comunes —como la crisis climática, la pobreza estructural, los efectos de la pandemia y la migración— solo pueden abordarse desde una visión colectiva, sin intermediarios, con enfoque territorial y con acciones medibles. En esa línea, se reiteró el respaldo a la consolidación del Gran Caribe como una región de paz, biodiversa, resiliente y con una voz propia en los escenarios multilaterales.