¿Comisionado de Paz… o Arquitecto de la Guerra?

Cada vez más los colombianos se preguntan sobre cuál es el aporte de este funcionario del gobierno en la reconciliación de los colombianos.

¿Comisionado de Paz… o Arquitecto de la Guerra?

Padre Edilson Huérfano Ordoñez / Iglesia Anglicana de Oxford. / Defensor de DD.HH.

En mi caminar por las veredas, barrios y territorios olvidados de Colombia, he visto cómo la esperanza de la paz total se va desvaneciendo , no por culpa de los que anhelan la paz desde el fondo de su alma —niños, madres campesinas, líderes sociales, excombatientes— sino por quienes, desde un escritorio, se arrogan la autoridad de hablar por la nación sin escucharla.

Ante esto me veo obligado a levantar mi voz con claridad y firmeza: el actual comisionado de paz, Otty Patiño, no es un constructor de la paz; es un obstáculo para ella ; Su permanencia en el cargo no solo frena los procesos de diálogo, sino que profundiza la desconfianza entre los actores sociales y armados, y rompe el espíritu con el que fue concebida la propuesta de paz total.

  • Otty Patiño y el lenguaje de la exclusión:

Un comisionado de paz debe ser puente, no juez; facilitador, no provocador; sin embargo, el discurso reiterativo de Patiño estigmatiza, desacredita y cierra puertas al diálogo . ¿Cómo se construye la paz mientras se demoniza a los que están en armas sin entender sus causas sociales y territoriales? ¿Acaso no hemos aprendido que la paz no se impone, se teje con humildad y paciencia?

  • Centralismo autoritario en un proceso que debe ser territorial:

La paz no se firma en Bogotá; se siembra en las montañas, en los ríos, en los barrios marginales, pero Otty ha burocratizado el proceso, ignorando el clamor de comunidades rurales y urbanas que exigen ser escuchadas . La paz sin la comunidad es una falsa paz.

  • La traición a la palabra empeñada:

Varios grupos armados han manifestado su voluntad de diálogo. Sin embargo, bajo la dirección de Otty Patiño, el Gobierno ha incumplido compromisos, cambiado condiciones unilaterales y deslegitimado públicamente a actores con los que supuestamente se negocia. El resultado: crisis en las mesas de diálogo, recrudecimiento del conflicto y una creciente sensación de traición en los territorios.

  • El enemigo no es la guerra, es el orgullo:

Otty Patiño se ha comportado más como un estratega político que como un constructor de paz. No hay espacio para los egos en la reconciliación._ La paz se construye con humildad, no con arrogancia. Cuando la figura del comisionado se convierte en el centro del conflicto, y no en el eje para su resolución, es hora de hacerse a un lado .

  • La necesidad urgente de un nuevo liderazgo para la paz:

La paz total requiere un liderazgo que escuche, que recorra el territorio, que entienda las lógicas comunitarias, que se gane la confianza de todas las partes. No basta con tener un pasado de lucha sí se ha perdido la sensibilidad para el presente.

Por todo lo anterior exijo, como ciudadano, como servidor pastoral y como defensor de la vida, la salida inmediata de Otty Patiño del cargo de comisionado de paz. Su permanencia debilita los procesos, divide al país y bloquea las esperanzas de quienes aún creen que otra Colombia es posible.

No podemos permitir que la paz sea dirigida por quien siembra desconfianza.
La paz no se decreta, se construye. Y para construirla, se necesita a alguien que no quiera figurar, sino servir.