Crisis en la Secretaría de Infraestructura del Cauca: Entre la Indiferencia y la Ineficiencia
La crisis en la gestión de infraestructura pública en el Cauca ha alcanzado niveles alarmantes, instalándose en el corazón mismo de la administración departamental
Las recientes declaraciones del diputado Víctor Armero Hernández han puesto sobre la mesa una realidad que no puede seguir siendo ignorada: la existencia de múltiples "elefantes blancos" que languidecen bajo la supervisión de una Secretaría de Infraestructura que parece haber perdido el rumbo.
El caso del Colegio del Mango se ha convertido en el símbolo más doloroso de esta crisis. Una obra que lleva casi una década sin concluirse, mientras generaciones enteras de estudiantes ven pasar sus años escolares en aulas "temporales" que ya cumplen diez años de existencia. ¿Cómo explicar que los niños que inicialmente se ilusionaron con este proyecto educativo hoy sean padres de familia, sin que la obra haya visto su culminación?
La actitud del actual Secretario de Infraestructura, Edwin Lasso, durante la intervención del diputado Armero es particularmente preocupante. Su aparente desinterés y falta de atención durante el debate no solo representa una falta de respeto hacia la institución que ejerce el control político, sino que también envía un mensaje desalentador a la comunidad caucana: sus preocupaciones y necesidades no están siendo escuchadas.
El propio Gobernador del Cauca, en su reciente visita al Plateado, pudo constatar personalmente el estado lamentable del Colegio del Mango, expresando su molestia por la discrepancia entre los informes recibidos y la realidad en terreno. Esta situación plantea serias interrogantes sobre la transparencia y efectividad de la comunicación dentro de la Secretaría de Infraestructura.
Las excusas se han agotado. Ni el orden público, ni las condiciones climáticas, ni los estudios de suelo pueden seguir siendo justificación para una década de retrasos y promesas incumplidas. La credibilidad de la Secretaría de Infraestructura está en su punto más bajo, y con razón: la comunidad ha perdido la fe en una institución que parece más ocupada en generar explicaciones que en entregar resultados.
El contraste con la situación en Popayán, donde recientemente se dio la renuncia del Secretario de Infraestructura Municipal, resulta revelador. Mientras en la capital se toman acciones correctivas y se reconocen las falencias, en el departamento parece prevalecer una actitud de indiferencia ante los problemas evidentes.
Es momento de exigir:
- Un plan de acción inmediato y concreto para la culminación del Colegio del Mango y demás obras inconclusas.
- Mayor transparencia en la gestión de la Secretaría de Infraestructura Departamental.
- Un cambio radical en la actitud y disposición de los funcionarios hacia el control político y las necesidades de la comunidad.
- Rendición de cuentas detallada sobre el estado actual de todos los proyectos de infraestructura en el departamento.
La comunidad caucana merece más que promesas vacías y actitudes displicentes. El desarrollo de nuestra región no puede seguir siendo rehén de una gestión administrativa que parece haber normalizado la ineficiencia y la falta de resultados. Es hora de que la Secretaría de Infraestructura del Cauca demuestre con hechos, no con palabras, su compromiso con el progreso y bienestar de todos los caucanos.
El llamado es claro: necesitamos una transformación profunda en la manera como se gestionan los proyectos de infraestructura en nuestro departamento. La paciencia de la comunidad se ha agotado, y es momento de que las autoridades departamentales tomen acciones decisivas para recuperar la confianza perdida y, más importante aún, para culminar las obras que por tanto tiempo han permanecido inconclusas.