Cuando el estruendoso pito pretende acallar la voz de la verdad

Una vez más, la sombra de los mercenarios de la información intenta cernirse sobre Popayán y el Cauca.

Cuando el estruendoso pito pretende acallar la voz de la verdad

Esta vez, su blanco no es otro que Carlos Horacio Gómez, actual secretario privado del alcalde, quien se ha erigido como un baluarte de integridad en medio de los oscuros intereses que buscan lucrar a expensas del bienestar común.

Resulta irónico y cínico que aquellos que se autodenominan "defensores de la moral" pretendan silenciar con sus "pitos" a quienes realmente velan por la transparencia en la gestión pública. ¿Acaso creen que los payaneses son tan ingenuos como para no reconocer sus intentos de desviar la atención de las verdaderas problemáticas que aquejan a la ciudad?

Mientras Carlos Horacio Gómez, brazo ejecutor del alcalde Juan Carlos Muñoz, libra una incansable batalla por revertir el lamentable legado heredado de anteriores administraciones, plagadas de decisiones nefastas como la entrega de servicios públicos a particulares y el desastroso avalúo catastral, estos estridentes "pitos" buscan sembrar dudas infundadas y perpetuar las lacerantes prácticas corruptas que han lacerado a la ciudad de Popayán. Sin lugar a dudas, son despreciables aquellos que se enriquecen indebidamente con los recursos públicos, sagrados tesoros que deberían emplearse en mejorar la calidad de vida de los más vulnerables. Afortunadamente, aunque la justicia colombiana suele ser lenta, al final siempre alcanza a los pillos.

Es hora de que el ruido de los "pitos" y las "flautas" cese y se deje trabajar a quienes realmente tienen el compromiso de sacar adelante a Popayán. Los payaneses ya no se dejan engañar por pirámides ni por falsos adalides de la moral.

La ciudad merece líderes honestos, comprometidos y con visión de futuro, como Juan Carlos Muñoz, alcalde de Popayán y Carlos Horacio Gómez, dispuestos a enfrentar cualquier desafío en defensa de los intereses de la comunidad. Es tiempo de dejar atrás las agendas personales y trabajar por el bien común, sin importar los ataques de los mercenarios de la información. Obviamente, hemos sido críticos ante la falta de diligencia en algunos temas puntuales de la ciudad, pero hasta el momento no dudamos de la decencia de este par de servidores públicos que tienen un compromiso genuino de ética y moral para con los habitantes de Popayán hasta el momento.

#HastaQueLaDignidadSeHagaCostumbre en Popayán y el Cauca, y los "pitos" de la discordia sean acallados por la fuerza de la verdad y la justicia.