Dos años del levantamiento popular del 28 de abril en Popayán

Hoy se conmemora el segundo aniversario de la heroica e inédita gesta popular del 28 de abril de 2021.

Dos años del levantamiento popular del 28 de abril en Popayán

Por Gabriel García Márquez Ulcué

Este estallido social como también se le denomina fue el punto culminante de un proceso de ascenso de las luchas sociales del  2017, 2018, 2019, el resultado de la acumulación de la inconformidad y el descontento frente a la crisis socioeconómica de un modelo económico neoliberal indolente.

Un movimiento social contra la corrupción rampante y descarada desde el gobierno nacional, regonal y local y los gremios privados. En el caso del Cauca fue el estadillo social causado por la corrupción de los gamonales políticos Velasco, Cárdenas, Narváez Ortega, Campo, Gómez Castro y demás.

Por eso, hace dos años, literalmente todos campesinos, estudiantes, indígenas, obreros, desempleados de esta zona del país se volcaron a las calles para pedir justicia social en las calles de la Hidalga y Goda Ciudad Blanca.

Los primeros en encender la llamara de la revolución ciudadana fueron los indígenas, quienes veían caer a sus dirigentes sin que el gobierno de Duque no hiciera nada para detener ese baño de sangre. De ahí que se lanzaron a la calle cuando escucharon que un panal de huevos costaba 2.800 pesos.

Por eso ese día, primero fueron las marchas pacíficas que iniciaron desde diferentes puntos de la ciudad hasta terminar en el parque Caldas. Ya en las horas de la tarde la represión descargó su mano de hierro: la orden de la administración municipal de sacar del centro histórico a todos los manifestantes, no importara a qué precio.

"Fue brutal, el Esmad hizo llover lacrimógeno en todo el centro histórico y los policías cumplieron la orden sin chistar, por eso hasta la prensa local fue golpeada, como el caso del cronista judicial Francisco Calderón, quien fue atacado con una granada aturdidora a pesar de estar reducido y su única arma era una cámara fotográfica", denunciaron los periodistas.  

Como el alcalde conservador de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, no había arreglado los accesos viales al parque Caldas para ese momento, las tanquetas del Esmad no pudieron entrar, de ahí que los policías y los manifestantes se enfrentaron como gladiadores toda esa tarde.

Por eso el centro de la ciudad literalmente tembló por las papas bombas y las bombas aturdidoras, hasta que ya entró en acción el grupo de operaciones especiales de la Policía: atacaban a todos, sin importar.

Mientras tanto, los sectores radicales de la izquierda no dieron no se rindieron, de ahí que los tropeles fueron legendarios, mientras que los ciudadanos fueron los encargados de informar porque la prensa de pipián estaba ya comprada con la odiosa pauta publicitaria.

También llegaron los milicianos de las nacientes disidencias de las Farc, quienes debían cumpliar la orden de incendiar la ciudad, de sabotear las protestar e infiltrarse en los tropeles. De ahí que empezaron a atacar a los policías con explosivos artesanales, porque la orden que tenían era sembrar el terror, asesinando policías.

Después las batallas se prolongaron durante varios días y muchos ciudadanos mostraron su inconformidad, participando en cacerolazos, conciertos, plantones. La gente literalmente se mamó del uribismo corrupto y protestaron hasta el cansancio.  

Contexto

La situación económica y social asfixiante para el pueblo venia manifestándose, creciendo y agravándose frente a la permisividad del gobierno uribista de Iván Duque.

El proceso de paz y el acuerdo desconocidos por el partido de gobierno el centro democrático y su presidente su sumado a su perversa política de descargar la crisis económica sobre los trabajadores con la nefasta reforma tributaria fue la gota que reboso la copa.

Hacer trizas en el acuerdo de Paz de la Habana y la desfinanciacion del presupuesto para su implementación acrecentó la  represión en los sitios abandonados por la guerrilla, el Estado no llegó con su institucionalidad sino los sucesores del paramilitarismo y el narcotráfico.

Los campesinos también fueron víctimas de la crisis y a la vez partícipes del levantamiento Popular.

Las centrales obreras y otras fuerzas agrupadas en el comité nacional de paro,  llamaron a un día de protesta el 28 de abril de 2020.

La convocatoria fue acogida pero el estado de ánimo y de lucha fue más allá de esa tímida convocatoria y pronto se convirtió en la movilización social más grande de los últimos 50 años.

La barriada se convirtió en el escenario político de la confrontación al gobierno, la juventud tomó las riendas de la protesta junto a otros sectores sociales y de diferentes edades, género y etnias y le imprimió la dinámica de una acción de masas, con diversas expresiones y formas de lucha urbana,  no armadas, pero que pararon la producción al interrumpir la movilidad y el transporte en calles y carreteras de ciudades y pueblos de Colombia.

El resultado fue la caída de esa nefasta reforma, el ministro y otros funcionarios pero no fue solución suficiente para desmontar el estallido social.

Fue una escuela política que logró el despertar de la conciencia de un gran número de personas afectadas por la crisis.

Las primeras, segundas y hasta quintas líneas fueron parte de la organización que se fue construyendo en medio de la protesta.

El gobierno uribista Duque, el empresariado rico, la "gente de bien", las fuerza represivas del Estado y los medios de difusión del establecimiento, todos, se alinearon contra los manifestantes.

Más de 80 jóvenes asesinados,  miles de heridos, torturados, desaparecidos, violados (as), lesionados  de ojos y otisd lsrtesy del cuerpo como consecuencia del uso excesivo de la fuerza del gobierno y los paras urbanos a  través del esmad, un escuadrón gubernamental de la muerte.

Ni la represión detuvo el levantamiento popular que se extendió por más de tres meses hasta mes de julio.

El estallido social no fue derrotado ni sofocado por la represión del régimen, éste se transformó, desembocó en la estrategia de organización y lucha barrio adentro,  la protesta social siguió desarrollándose en asambleas Barriales.

El levantamiento popular nacido por la situación de crisis económica y social y manifestada en reivindicaciones y pliegos de lucha presentados al gobierno fueron desconocidas por el gobierno, a la propuesta del movimiento social de negociación se respondió con la violencia de Estado y paramilitar.

Gran parte del movimiento social del estallido social adquirió conciencia política y de clase, ese tránsito de la reivindicación a la lucha política desembocó en la contienda electoral de congreso y presidente.

Hoy los jóvenes protagonistas del levantamiento popular y otros sectores de la sociedad han continuado la denuncia de la represión, la campaña de libertad de los presos políticos y las periódicas actividades políticas, culturales y legales que se desarrollan en la capital de la resistencia y otros lugares de la geografía nacional.

Hoy podemos decir que gracias a la resistencia, la rebeldía juvenil y los acumulados de las luchas sociales hoy Colombia cuenta con un gobierno progresista, democrático y popular, el gobierno de Petro y Francia, del pacto histórico.

Ahora que vamos en octubre 29 a las elecciones locales y regionales para cambiar alcaldes, gobernadores, concejos municipales, asambleas departamentales y juntas administradoras, la memoria del estallido social, su simbología y sectores sociales continúan el proyecto político de cambio que inauguró el levantamiento popular hace dos años.

Hoy la juntanza popular y las fuerzas del pacto histórico tienen el desafío de traer esa memoria histórica del estallido social para defender el gobierno del cambio, sus reformas sociales, el programa y el plan  de desarrollo nacional Colombia potencia mundial de la vida.

Hoy conmemoramos el heroísmo de los jóvenes, las mujeres, de los afrodescendientes, los indígenas, las diversidades sexuales que con su concurso fue posible el levantamiento popular que hasta hoy sus repercusiones, logros y éxitos nos acompañan de forma aleccionadora y esperanzadora.