✍️ EDITORIAL | Popayán no necesita más discursos: necesita que dejen de burlarse de la gente
El pasado viernes, Popayán volvió a vivir el espectáculo de siempre: políticos profesionales desembarcando con sonrisa de campaña, discursos reciclados y promesas dignas de una república petrolera.
Vinieron a ofrecernos el oro, el moro y hasta la perfección moral, como si los caucanos no tuviéramos memoria, como si no supiéramos quiénes son y qué representan.
El libreto ya lo conocemos: hablan de progreso mientras cargan historiales de amenazas veladas, obras inconclusas, guerra sucia, traiciones ideológicas y un cinismo capaz de poner a prueba la paciencia del más moderado. Pero esta vez no basta con indignarse. Esta vez hay que decirlo claro.
Popayán no puede seguir siendo la tarima donde personajes como Roy Barreras y Elías Larrahondo vienen a lavar su pasado con abrazos, selfies y promesas que jamás cumplirán.
El poder que amenaza en susurros: la política a lo “Messi”
Roy Barreras, hoy precandidato presidencial , ayer operador político, mañana quién sabe qué, carga una de las escenas más vergonzosas de la política reciente: la “advertencia” a Luis Carlos Reyes. Ese famoso:
"Imagínate lo feo que sería que a Messi le rompieran las piernas"
No fue una metáfora. Fue una amenaza envuelta en cortesía institucional. Una joya del manual del poder mafioso, diseñada para generar miedo sin dejar huellas directas. Tanto así que la Corte Suprema abrió investigación por tráfico de influencias.
Y aun así, ayer estuvo en Popayán como si nada, como si la gente olvidara. Pues no: la ciudad no olvida.
Camaleones ideológicos: el político que ha sido de todos los bandos… y de ninguno
Hablar de coherencia en un personaje como Barreras es una pérdida de tiempo. Uribista duro, santista constructor de paz, petrista estratégico, y nuevamente candidato a ser “salvador” del país. Cada gobierno lo ha visto acomodarse con la flexibilidad de un contorsionista profesional.
Su lema permanente podría ser: "Todos con Roy, Roy con todos". Excepto, claro, cuando el Consejo de Estado lo expulsó por doble militancia.
¿Y ese es el hombre que viene a Popayán a regalarnos lecciones de país?

Los “Petrovideos”: cuando queda grabado lo que hacen detrás del telón
Los famosos Petrovideos no solo mostraron estrategias políticas: mostraron el alma de la clase dirigente.
Ahí está Roy, proponiendo:
- atacar a Alejandro Gaviria,
- dividir al centro,
- “activar bodegas”,
- usar campañas grises,
- y rematar rivales con desinformación calculada.
Eso no fue un error. Fue un manual de guerra sucia a plena luz, y aun así pretenden hablar de democracia cuando vienen a Popayán a ofrecer progreso.
Elías Larrahondo: del desastre administrativo a las nuevas aspiraciones


El exgobernador Elías Larrahondo también apareció ayer en Popayán, acompañando a Roy Barreras como si su historial no pesara. Como si no hubiera sido señalado entre los peores mandatarios del país. Como si no arrastrara 27 obras inconclusas, despilfarros millonarios y una investigación disciplinaria activa en la Procuraduría. Y aun así, pretende ahora dar el salto al Congreso o, peor aún, intentar regresar a la Gobernación del Cauca. Eso no es carrera política: es premiar el fracaso y condenar al departamento a repetir la misma historia de abandono y mediocridad.
La defensa estilo clásico: negar todo, atacar al denunciante y posar de víctima
Cuando Reyes denunció la amenaza, Barreras no aclaró: atacó. Lo llamó “showman”, “mentiroso”, “resentido”. Y cuando explotaron los Petrovideos, la campaña se declaró víctima de un “Watergate criollo” para evitar hablar del fondo del asunto.
La estrategia es vieja:
cuando te descubren, grita que todo es persecución. Cuando te cuestionan, victimízate.
Popayán merece respeto: no más shows, no más promesas, no más reciclaje político
Lo que vimos ayer en Popayán no fue un evento político: fue un recordatorio doloroso de cómo estos personajes subestiman a la ciudad. Nos creen ingenuos. Creen que con unas palabras bonitas y un abrazo comunitario pueden borrar años de escándalos, investigaciones, amenazas, traiciones ideológicas y obras fantasma.
Pero Popayán está cansada.
El Cauca está cansado.
Y la ciudadanía ya no come cuento.
Porque si seguimos aplaudiendo a quienes ya demostraron quiénes son, no podemos quejarnos del resultado. Porque cada obra inconclusa, cada amenaza disfrazada, cada estrategia sucia y cada salto ideológico tiene efectos directos en nuestra región: pobreza, atraso, falta de oportunidades, inseguridad.
El problema no es que vengan.
El problema es que crean que todavía les creemos.
Conclusión: Popayán no es el escenario para sus resurrecciones políticas
Ayer nos prometieron el cielo.
Hoy recordamos que fueron ellos quienes nos dejaron mirando al suelo.
Popayán no puede seguir cargando con políticos reciclados que solo aterrizan cuando necesitan votos o quieren limpiar su nombre. Si quieren hacer campaña, háganla. Pero no subestimen a esta ciudad. No insulten la memoria colectiva. No vengan a vender humo a la capital del Cauca.
Porque aquí, y que les quede claro, sí tenemos memoria, sí sabemos quiénes son y sí sabemos lo que han hecho.
Y esta vez, Popayán no se va a quedar callada.
A quienes se escandalizaron porque no entendieron el sarcasmo de nuestra publicación original, aquí les va la claridad que pedían: PeriódicoVirtual.com no aplaude a estos personajes, no los romantiza y no les rinde culto. Los cuestiona. Los desnuda. Los expone. Si alguien creyó que llamar “mejor gobernador” a Larrahondo o “político coherente” a Barreras era un elogio, este editorial debería disipar cualquier duda. Aquí no maquillamos la realidad ni jugamos al equívoco: señalamos lo que otros callan. Y si a algunos les incomoda, perfecto. Porque el periodismo que no incomoda al poder, simplemente no sirve. Popayán merece respeto, no shows; merece verdad, no discursos reciclados; merece memoria, no amnesia selectiva. Y desde este medio lo diremos cuantas veces sea necesario, duélale a quien le duela.
Porque cuando el poder abusa, la prensa debe incomodar; y cuando el político miente, la ciudadanía debe despertar. La libertad no se mendiga: se ejerce, se defiende y se reclama frente a quienes creen que pueden seguir decidiendo por nosotros.
Te invitamos a compartir esta editorial para que más ciudadanos entiendan lo que realmente ocurrió ayer en Popayán y reconozcan a estos personajes por lo que son, no por lo que aparentan. La conversación no termina aquí: cuéntanos en los comentarios qué opinas, qué te indignó, qué te preocupa y qué crees que debe cambiar. La fuerza del debate ciudadano es el primer paso para evitar que la historia se repita.
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