El alcalde de Popayán despidió con una canción a la carismática lideresa social Diana Carolina Daza
Familiares, amigos, compañeros de trabajo y la comunidad del barrio Villa del Carmen brindaron el último adiós a esta reconocida trabajadora social. Paz en su tumba.
Este domingo 8 de septiembre familiares, amigos y autoridades locales le brindaron el último adiós a la lideresa social Diana Carolina Daza, quien falleció tras batallar contra una serie de quebrantos de salud.
Tras cumplirse un acto religioso, donde el mandatario de los payaneses Juan Carlos Muñoz entonó una canción de despedida, los seres queridos y compañeros de labores, amigos de barrio brindaron cristiana sepultara a esa mujer que se destacó por sonreírle a la vida mientras ayudaba a su comunidad.
“Una colega en todo el sentido de la palabra, quien trabajó por su familia y la comunidad del barrio Villa del Carmen de la comuna Siete de acá de Popayán, la gente siempre le agradeció las gestiones que adelantó para solucionar las diferentes problemáticas de este sector, muestra de su talante como ser humano y trabajadora social”, expresó el periodista Dicapote Rivera.
El momento más sensible de este acto fue cuando la primera autoridad de los payaneses, rompiendo todos los esquemas, tomó la palabra para agradecerle a Diana Carolina esa labor que adelantó por las comunidades payanesas.
“Una mujer con muchos buenos sentimientos, una trabajadora incasable, que venció el cáncer, dejando una lección de tenacidad, esmero y pasión para vencer obstáculos, estas palabras no las comparto como alcalde, sino como Juan Carlos Muñoz, porque ahora hay momentos que debemos sonreír en los momentos difíciles, como ella, porque cuando uno da de manera desinteresada, la vida fluye con toda su energía”, expresó el alcalde payanesa para después cantarle a Diana Carolina.
“La vida se va como el viento, hoy estamos aquí… El mañana es incierto, por qué seguir, si sabemos que para todos la vida acabará”, entonó la primera autoridad de los payaneses como forma de despedir a esta lideresa de 38 años de edad.
Después ya despidieron a esta ama de casa, profesional, trabajadora del hospital Susana López de Valencia quien se ganó el corazón de la gente al compartir esa sonrisa de oreja a oreja que siempre compartía, la cual no se borró cuando le tocó enfrentar la dureza de los quebrantos de salud hasta que ya Dios la recibió en su hogar.
“Aunque su partida deja un vacío inmenso en nuestros corazones, sabemos que ella está en un lugar mejor. Dios la llamó a su lado porque había cumplido su misión. Ella se convirtió en un ángel que nos enseña a valorar cada día como si fuera el último. Por eso, nunca dejen de expresar el amor a sus seres queridos y no terminen una conversación con enojo. A pesar de las adversidades, ofrezcan siempre un abrazo fraternal, porque la vida es incierta y cada momento cuenta. Me despido con mucha gratitud hacia ustedes, muchas gracias por quererla tanto”, expresó su esposo, Samuel Rojas.