El alcalde Juan Carlos López vuelve a demostrar falta de sensatez al tomar medidas que perjudican el comercio local
Nuevamente el alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, ha demostrado su poco tino para gobernar al expedir un polémico decreto que restringe los horarios y venta de licores en establecimientos como restaurantes, tiendas, bares y licoreras.
Con esta arbitraria decisión, que entrega facultades sancionatorias a la policía, el mandatario parece ignorar por completo la crisis económica que atraviesan miles de comerciantes en la ciudad, ya golpeados duramente por la pandemia. Limitar sus horarios de operación y prohibir la venta de algunos de sus productos más rentables es un absurdo que no tiene ninguna justificación.
En lugar de tomar medidas que alivien la situación e incentiven la reactivación de la economía local, López Castrillón insiste en acciones que acabarán por hundir aún más las finanzas de bares, restaurantes y demás pequeños negocios que dan vida empleo en la capital caucana.
Este tipo de decisiones autoritarias y poco sensatas, sumadas a la incompetencia de la actual administración para frenar la ola delincuencial, tienen a Popayán sumida en la zozobra. Es inaceptable que los gobernantes continúen dedicándose a satanizar actividades económicas lícitas en lugar de cumplir con su deber de garantizar seguridad y generar verdaderas oportunidades laborales.
López Castrillón demuestra una y otra vez que está desconectado de la realidad ciudadana. Hacemos un llamado urgente para que recapacite y derogue este y otros decretos arbitrarios que siguen hundiendo a Popayán.
No se trata de creer en Popayán, sino de amar a Popayán, pero sobre todo a su gente.
Compartimos con nuestros seguidores el polémico acuerdo