El Cauca y sus proyectos engavetados: carreteras que solo existen en los discursos
Por: Pablo Andrés Parra Solano Politólogo

Mientras el conflicto armado muta y se expande, el departamento sigue esperando las obras prometidas. La variante Timbío – El Estanquillo y la marginal del río Cauca son solo dos ejemplos de cómo el desarrollo se queda en los papeles.
Desde hace décadas, al Cauca lo condena la promesa incumplida. El centralismo capitalino, los discursos floridos sin ejecución y, peor aún, la falta de una dirigencia política cohesionada han hecho que proyectos estratégicos para el desarrollo del departamento queden reducidos a estudios técnicos, ruedas de prensa y titulares esperanzadores... pero nada más.
La reciente suspensión de la licitación de la vía Timbío – El Estanquillo es solo el último capítulo de una historia repetida. Una obra que ha sido anunciada una y otra vez, como si bastara con nombrarla para que se hiciera realidad. Para quienes llevamos años oyendo hablar de ella, el desgaste no es solo emocional, sino también político y económico.
Recuerdo, como lo haría cualquier hijo del Patía, que mi abuelo señalaba desde la vereda Chondural hacia el horizonte diciendo: “por ahí pasará la variante”. Han pasado más de cincuenta años y esa frase aún no pierde vigencia, pero no por su profecía, sino por su ironía.
Y es que la vía Timbío – El Estanquillo no es solo un proyecto de ingeniería vial; es una puerta para conectar al Cauca con el suroccidente del país y, al mismo tiempo, abrir rutas alternas que permitan a los municipios del Tambo y Patía sustituir economías ilegales por actividades lícitas. Sin conectividad no hay Estado, y sin Estado no hay paz.
El trazado por la cordillera occidental, zona con alta producción de cultivos ilícitos, es clave para cerrar brechas de desigualdad y darle una salida sostenible a los territorios históricamente abandonados. Pero mientras los discursos políticos se quedan en aplausos y comunicados, los bulldozers no llegan y el pavimento no aparece.
El otro caso preocupante es el proyecto de la vía marginal del río Cauca, entre El Tambo, Cajibío y Morales, concebido como una alternativa de integración regional y comercial. Aunque ya se destinaron recursos para sus diseños, hay temor fundado en que termine como tantos otros: archivado en una carpeta, convertido en otro estudio costoso que no se traduce en obra.
¿Qué tienen en común estos proyectos? La falta de voluntad ejecutiva, la ausencia de presión social y política unificada, y la indiferencia institucional. El Cauca no puede seguir midiendo su desarrollo por kilómetros de carretera anunciados, sino por kilómetros realmente construidos.
La esperanza no puede seguir dependiendo de lo que los gobiernos digan en campaña o de las promesas que se hacen en reuniones ministeriales. La transformación del Cauca exige hechos, no discursos.
Y mientras tanto, la imagen más tangible de la variante Timbío – El Estanquillo sigue siendo la gestión del entonces alcalde de Patía, Edgar Gómez Castillo, quien en 2009 logró pavimentar un tramo hacia el corregimiento de La Fonda. Quince años después, no hay nada nuevo que mostrar.
Posdata: El Cauca ya no necesita más promesas. Necesita dignidad en forma de cemento, asfalto y conectividad real.