El nervioso cacaraqueo del “Pollo” López Castrillón
Nunca en la historia de Popayán habíamos presenciado a un exalcalde tan empeñado en cuestionar cada decisión de su sucesor como lo hace Juan Carlos López Castrillón.
Su constante necesidad de opinar sobre la administración de Muñoz Bravo refleja un evidente nerviosismo, especialmente cuando su propio mandato quedó marcado por la errática gestión, promesas incumplidas y decisiones que todavía pesan en la memoria de los payaneses.
¿Por qué tanta inquietud? Las razones son claras. Primero, López Castrillón ya está en campaña para aspirar al Congreso de la República de Colombia. Ahora tiene que proponer soluciones que no aplicó cuando estuvo al frente de la ciudad, aunque sus encuestas de amigos quieran presentarlo como el líder más influyente. Los caucanos sabemos que esos "reconocimientos" son, a menudo, una fachada costosa que no refleja la verdadera realidad de su gestión.
En una próxima entrega daremos a conocer cómo, desde la Alcaldía de Popayán y con el dinero de los contribuyentes, López Castrillón celebró varios contratos con la encuestadora Cifras y Conceptos. Aunque no es ilegal, ciertamente es cuestionable desde el punto de vista ético. Así cualquiera puede ser catalogado como el segundo mejor alcalde de Colombia.
La segunda razón de su desespero radica en las obras inconclusas de su administración. La emblemática “Avenida de los Próceres” es solo un ejemplo: de los 3.1 kilómetros prometidos, apenas alcanzó a poner un ladrillo. Faltaron estudios, permisos o voluntad, pero la obra quedó como un testamento de su ineficacia. Finalmente, el actual alcalde Muñoz Bravo ha cuestionado sin rodeos muchas de las decisiones de su antecesor, comprometiéndose a recuperar el patrimonio público que López Castrillón entregó a particulares. Esta postura firme ha roto el pacto de silencio entre burgomaestres y ha dejado al descubierto los desaciertos del "Pollo".
Uno de los episodios más recordados de su administración fue mantener el negocio de las fotomultas en manos de un privado, a pesar de que en campaña había manifestado que las recuperaría. Esto, además, estuvo rodeado de presuntas irregularidades en la firma de un convenio interadministrativo entre Emtel y Quipux S.A. para la prestación de servicios de la Secretaría de Tránsito Municipal, que garantizó jugosas ganancias a terceros en lugar de destinar esos recursos al beneficio de la ciudad.
Lo mismo ocurrió con la privatización del servicio de alumbrado público, que dejó a Popayán con un sistema deficiente y costoso. Y ni hablar del absurdo episodio de la pista de hielo, un hecho que será recordado como una muestra de frivolidad administrativa.
Además, la actualización catastral, mal gestionada, ha provocado una crisis fiscal y social. Las quejas por predios sobrevalorados y una cartera morosa creciente se cuentan por miles. Mientras tanto, López Castrillón se dedica a criticar el manejo acertado del alcalde Muñoz Bravo en el acuerdo de pago con los Solarte, olvidando explicar por qué en su mandato no resolvió el problema, permitiendo que los intereses se acumularan en perjuicio del municipio.
Como si todo esto fuera poco, abundan derechos de petición, tutelas y reclamos de quienes ocuparon cargos clave durante su administración. Este ruido constante parece más una estrategia de obstrucción que un interés genuino por el bienestar de Popayán.
Adenda 1: Alcalde Muñoz Bravo, siga gobernando con firmeza y no ceda a las presiones de quienes pretenden mantener a Popayán bajo sus intereses personales.
¡Vaya cacareo el del 'Pollo' López Castrillón! Tanto ruido, pero todavía estamos esperando el huevo.