El Parqueadero del Hospital San José: Una Historia de Avaricia y Abuso
En Popayán, ciudad donde las últimas administraciones hicieron de lo público un negocio, ocurre un despropósito que raya en la desfachatez.
Un bien público, destinado a fortalecer la atención médica de miles de ciudadanos, se ha convertido en el botín de unos pocos. El parqueadero del Hospital Universitario San José, en lugar de ser una fuente de ingresos para mejorar la calidad del servicio de salud, ha sido usurpado por el sindicato SINTRAOEMPUH que parece haber olvidado el significado de la palabra “justicia”.
Desde que esta organización tomó control del parqueadero, las cifras son escalofriantes: 90 millones de pesos mensuales recaudados, de los cuales solo 5 millones llegan al hospital. ¿Y el resto? Al bolsillo de quienes han hecho del abuso un modus operandi, bajo la fachada de defender derechos laborales. Lo más indignante es que mientras ellos se enriquecen, el hospital sigue luchando por recursos que podrían marcar la diferencia entre la vida y la muerte para muchos pacientes.
Pero la historia no termina ahí. Las directivas del hospital, en un acto de responsabilidad y compromiso con el bienestar de todos los payaneses, solicitaron la devolución de este bien público. La respuesta del sindicato SINTRAOEMPUH fue un rotundo “no”. Al parecer, quienes ostentan el control del parqueadero han olvidado que este no es un negocio privado, sino una infraestructura pública que pertenece a todos. Esto obligó a las autoridades hospitalarias a recurrir a los tribunales para reclamar lo que nunca debió salir de sus manos.
La pregunta que todos debemos hacernos es: ¿cómo llegamos a este punto? ¿Cómo permitimos que el afán de lucro de unos pocos supere el propósito colectivo de un hospital que debería ser símbolo de equidad y servicio? Este caso no solo evidencia un vacío legal o administrativo, sino una falta de ética que lastima profundamente el sentido de comunidad y justicia.
El parqueadero del Hospital San José no puede seguir siendo el símbolo de la avaricia en Popayán. Su restitución no es un simple trámite burocrático; es un acto de justicia y reivindicación de los derechos de todos los payaneses. Los ingresos que este espacio genere deben destinarse exclusivamente a fortalecer el sistema de salud: en equipos, medicamentos y, sobre todo, en salvar vidas, en lugar de terminar engrosando las cuentas de quienes, de manera indebida, se creen dueños de lo público.
Es inaceptable que, además, el hospital deba asumir con recursos públicos el costo de la seguridad privada del parqueadero, mientras las millonarias utilidades terminan en el bolsillo de unos pocos. Este abuso debe terminar
Quizás, en este punto, lo único que falta es que también cobren entrada a los pacientes por respirar el aire del hospital. Total, con semejante descaro, ¿qué más da un abuso adicional?