El regreso de Temístocles Ortega: ¿De héroe regional a villano judicial?
¡Qué bonito es el circo de la política colombiana! Mientras algunos políticos se desviven por esconder sus trapisondas, otros las convierten en su marca personal.
Este parece ser el caso de Temístocles Ortega Narváez, el exgobernador del Cauca y excongresista que, con una sonrisa desafiante, anuncia su regreso al Senado mientras la Corte Suprema de Justicia lo espera con una citación para una audiencia pública de formulación de cargos. ¿Ironía? No, simplemente es el día a día de nuestra clase política.
El "derecho constitucional" de Ortega
En una reciente entrevista con La W, Ortega aseguró que su regreso al Senado es un “derecho constitucional inapelable”. ¡Qué noble defensa de la Carta Magna! Aunque, claro, uno no puede evitar preguntarse si ese mismo apego a la Constitución lo tuvo cuando, como gobernador del Cauca, dio luz verde a un contrato de más de $2.500 millones para ampliar la pista del aeropuerto de López de Micay. Según la Corte Suprema, el proyecto no cumplió con los requisitos legales y, para colmo, la obra se entregó incompleta. Pero, ¿quién necesita detalles como esos cuando se tiene carisma y una narrativa convincente?
La obra maestra de López de Micay
La investigación de la Corte Suprema revela que, en julio de 2013, Ortega priorizó la ampliación de la pista del aeropuerto de López de Micay, un proyecto financiado con recursos del sistema general de regalías. El presupuesto inicial fue de $2.807 millones, una cifra que, al parecer, no alcanzó para cumplir con los requisitos legales ni para terminar la obra. ¿Qué pasó con ese dinero? Esa es la pregunta que la Corte intenta responder, mientras Ortega se prepara para defender su “honor” en una audiencia pública.
Lo más gracioso (o trágico, dependiendo del cristal con que se mire) es que, mientras la justicia lo señala, Ortega se presenta como un defensor de las reformas y los cambios sustanciales. ¡Qué valiente! Aunque, claro, su apoyo al gobierno de Petro y su crítica al gobierno de Duque parecen más una estrategia para limpiar su imagen que una convicción genuina.
El futuro presidencial de Ortega
Pero no todo es oscuridad en el horizonte de Ortega. El exgobernador ya está pensando en grande: una candidatura presidencial. Sí, aunque suene a chiste, Ortega asegura que dentro de Cambio Radical se debe abrir el debate sobre quién representará al partido en las próximas elecciones. Claro, reconoce que Germán Vargas Lleras tiene las mayorías, pero ¿por qué no intentarlo? Después de todo, en Colombia, los escándalos judiciales no son un obstáculo, sino un trampolín para llegar más lejos.
¿Qué nos espera?
El regreso de Ortega al Senado es una muestra más de que, en Colombia, la impunidad y la impudicia son dos caras de la misma moneda. Mientras la Corte Suprema lo cita para una audiencia pública, él se prepara para ocupar su curul y, quién sabe, tal vez para lanzarse a la presidencia. ¿Es este el tipo de liderazgo que necesita el país? ¿Un líder que prioriza proyectos incompletos y luego se escuda en la independencia política?
Lo único claro es que, mientras la justicia avanza a paso de tortuga, la política corre a paso de liebre. Y en ese maratón, Ortega parece estar ganando la carrera. Pero, como siempre, el verdadero perdedor es el pueblo, que sigue esperando que sus recursos se inviertan con transparencia y que sus líderes actúen con integridad.
Nota del editor: Este medio no se hace responsable de las risas (o lágrimas) que esta nota pueda causar. La realidad supera la ficción, y en Colombia, la política es el mejor ejemplo de ello.