El "Vigilante" bajo la lupa: Diego Rodríguez busca auditar Movilidad Futura tras protagonizar escándalo vehicular de madrugada
Mientras Movilidad Futura S.A.S. lo admite en su lista de elegibles por cumplir requisitos "en el papel".
La ciudad recuerda el incidente de abril donde el funcionario chocó un carro de la Personería a las 2:00 a.m. ¿Premio a la "deslealtad" y al mal uso de bienes públicos?
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En la lista de cuatro aspirantes que pasaron el filtro técnico para ser el nuevo Jefe de Control Interno de Movilidad Futura S.A.S., figura un nombre que hace sonar todas las alarmas éticas en Popayán: Diego Fernando Rodríguez Alegría. El actual jefe de Control Interno de la Alcaldía, quien paradójicamente tiene la misión de vigilar la conducta administrativa, busca ahora saltar a la entidad de transporte, arrastrando consigo un historial reciente de accidentes nocturnos en vehículos oficiales ajenos.
Papeles en regla, ética en entredicho
El Comité Evaluador de Movilidad Futura, encabezado por el gerente Gerardo Cruz, confirmó este jueves que Rodríguez Alegría cumple con los títulos y la experiencia. Sin embargo, el Excel no mide la idoneidad moral.
Resulta una ironía burocrática que el hombre encargado de evitar que los funcionarios se apropien de lo público, haya sido protagonista de uno de los episodios más bochornosos de la administración actual.
El "Tour" de la madrugada
Recordemos los hechos: 5 de abril de 2025, 2:00 a.m. Mientras Popayán dormía, el "vigilante de los recursos" conducía la camioneta de placas JOU‑324. El detalle "curioso" es que ese vehículo no pertenecía a su oficina, sino a la Personería Municipal, y la hora distaba mucho de ser laboral. El paseo terminó abruptamente cuando colisionó con una motocicleta en pleno centro.
La pregunta que sigue sin respuesta oficial es: ¿Qué hacía el jefe de Control Interno (perteneciente al partido MIRA, abanderado de la disciplina) manejando un bien de la Personería en la madrugada? Al parecer, para Rodríguez Alegría, el "control interno" no aplicaba para el control del volante ni de los bienes ajenos.
Y aquí surge la gran paradoja: Si los payaneses ya no confía en él para cuidar la administración del Municipio de Popayán, ¿por qué Movilidad Futura consideraría entregarle las llaves de la auditoría del Sistema Estratégico de Transporte? Sería como contratar de bombero a quien fue visto jugando con fósforos en la estación de gasolina.
La figura del Jefe de Control Interno es sagrada en la administración pública; es la brújula moral y técnica. Diego Rodríguez Alegría enfrenta un escenario donde la legalidad de sus papeles choca de frente con la legitimidad de sus actos.
La duda razonable: Si usó un vehículo de la Personería sin justificación clara y lo chocó, ¿qué garantías hay de que no use los recursos de Movilidad Futura para fines personales?
El sarcasmo institucional: Es fascinante cómo en la administración pública se puede estar investigado por mal uso de bienes y, al mismo tiempo, concursar para un cargo que exige "transparencia suprema". En el sector privado, un incidente así es despido inmediato; en lo público, parece ser un requisito para el ascenso.
La pelota ahora está en la cancha de la opinión pública y de los entes de control que, con lentitud pasmosa, investigan el accidente de abril. Movilidad Futura ha hecho su parte técnica verificando diplomas, pero la ciudad espera que la ética pese más que un cartón universitario.
¿Será Diego Fernando Rodríguez Alegría el nuevo "zar" del control en Movilidad Futura, o pesará más su antecedente al volante de bienes ajenos? Estaremos atentos a si la meritocracia incluye también el mérito de la decencia.
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