El "voto de castigo" del movimiento indígena: Norvey Yesid Conda fractura al Pacto y despeja el camino a Víctor Armero

La renuncia "libre, voluntaria e irrevocable" de Norvey Yesid Conda a su aspiración a la Cámara de Representantes.  Evidencia un distanciamiento y grietas profundas entre las comunidades indígenas del Cauca y los líderes del Pacto Histórico de la región.

Mientras el departamento se sumerge en las festividades de fin de año, los pasillos del poder no descansan. Lo que debería ser una tregua navideña se ha convertido en un escenario de alta tensión política tras confirmarse la ruptura estratégica entre un sector determinante del movimiento indígena y la dirigencia del Pacto Histórico. La figura central de este sismo es el reconocido líder Norvey Yesid Conda, quien, a pesar de no aspirar a una curul en la Cámara de Representantes, ha marcado una distancia que altera definitivamente el equilibrio de fuerzas en la región.

Norvey Yesid Conda ha dejado claro que su papel no es el de candidato, sino el de un guardián de los mandatos de sus comunidades. Su alejamiento de las líneas lideradas por el actual Representante a la Cámara por el Cauca Jorge Bastidas no es un movimiento individual, sino un síntoma de la falta de acuerdos programáticos con las bases de las comunidades indígenas.

Este distanciamiento se interpreta como un golpe letal a la pretensión de unidad del Pacto Histórico. Al cerrarse las puertas a las propuestas de figuras como Conda, la coalición pierde su principal motor de movilización, dejando un vacío que otros sectores están listos para llenar.

En medio de este caos interno, la balanza parece inclinarse a favor de Víctor Armero. El exdiputado, con la plataforma "Fuerza Cauca", ha sabido leer el momento de descontento. Lo que en teoría era una disputa por la hegemonía de izquierda, hoy se perfila como la consolidación de Armero como el candidato con mayor viabilidad para ocupar un escaño en la Cámara de Representantes por el Cauca.

Factores que fortalecen a Armero:

• Capitalización del descontento: Está recibiendo el apoyo de sectores sociales que se sienten traicionados por la cúpula del Pacto.
• Presencia territorial: Mientras otros sectores se desgastan en rencillas internas, "Fuerza Cauca" mantiene una agenda activa en los municipios.

Estrategia de puertas abiertas: A diferencia del hermetismo denunciado en la coalición oficialista, Armero ha mantenido canales de diálogo con líderes de base y autoridades étnicas.

Contrario a la percepción de que la política se detiene en diciembre, en el Cauca los motores están a máxima revolución. Estas festividades son el escenario donde se pactan los acuerdos estratégicos que definirán la renovación o permanencia de los liderazgos regionales en los comicios del 8 de marzo de 2026.

La renuncia de Norvey Yesid Conda es una señal clara para las comunidades: el Pacto Histórico, en su forma actual, ya no representa el mandato popular indígena, lo que entrega en bandeja de plata la representación regional a figuras como Víctor Armero.

La crisis actual del Pacto Histórico en el Cauca no es solo administrativa; es una crisis de identidad. La salida simbólica de líderes de la talla de Conda despoja a la lista de su legitimidad social. En este escenario, Víctor Armero no solo aparece como un competidor, sino como la figura que, en teoría, aglutinará el voto útil de quienes buscan una representación auténtica en el Congreso, lejos de las imposiciones de las maquinarias.

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