Entre Dios y el diablo: Popayán clama por un liderazgo firme en su administración
La Encrucijada de la Administración Municipal de Popayán: Entre las Promesas y la Realidad
La actual administración del municipio de Popayán, bajo el liderazgo del alcalde Juan Carlos Muñoz, atraviesa una crisis de ejecución que amenaza con comprometer el desarrollo de la capital caucana. La situación más preocupante se centra en la deficiente gestión presupuestal por parte de varios secretarios de despacho, siendo particularmente crítico el caso de la Secretaría de Infraestructura, Transito y Transporte, Educación y Gobierno.
A pesar de los compromisos adquiridos durante la campaña electoral para "recuperar a Popayán", la actual administración municipal muestra graves deficiencias en la ejecución de proyectos fundamentales para el desarrollo de la ciudad. La Secretaría de Infraestructura, una de las dependencias más estratégicas para el progreso de la capital caucana, evidencia retrasos significativos en su gestión bajo la dirección del secretario Edwin Meneses.
La gestión de Consuelo Amparo Chantre Hoyos como Secretaria de Gobierno de Popayán ha sido motivo de creciente preocupación entre la ciudadanía. A pesar de las reiteradas promesas de seguridad y orden, los índices de hurto y sicariato en la ciudad han aumentado de manera alarmante durante esta administración. La falta de estrategias efectivas y de una respuesta contundente ante el crimen ha permitido que la inseguridad se instale en barrios y sectores que antes se consideraban tranquilos, generando un ambiente de miedo y desprotección entre los payaneses.
La gestión de Lizeth Vanessa Plazas Quibano como Secretaria de Tránsito y Transporte de Popayán ha sido profundamente deficiente, evidenciada en el caos diario de la movilidad y la alarmante cantidad de accidentes que ocurren en las vías. La falta de un funcionamiento adecuado de la red semafórica ha cobrado varias vidas, mientras que cientos de ciudadanos se ven obligados a enfrentarse a intersecciones peligrosas y sin control que agravan el riesgo de transitar por la ciudad.
La gestión de Felipe Acosta como Secretario de Educación ha sumido a Popayán en una crisis educativa profunda, reflejada en la desconexión que enfrentan más de 100 instituciones educativas que permanecen sin acceso a internet debido a la evidente negligencia administrativa. En una era donde el acceso a la información y las herramientas digitales son esenciales para el aprendizaje y el desarrollo de competencias, esta situación representa un grave retroceso y una barrera para miles de estudiantes que, a pesar de su deseo de superación, ven limitadas sus oportunidades debido a la falta de infraestructura tecnológica.
Lo más preocupante de esta situación no es solo la evidente falta de resultados, sino la aparente debilidad en la toma de decisiones por parte del mandatario local. Fuentes cercanas a la administración señalan que, a pesar de haber contemplado cambios en la dirección de la Secretaría de Infraestructura, presiones de círculos políticos y hasta familiares cercanos al alcalde han impedido la materialización de estas modificaciones necesarias.
La administración municipal se encuentra en una encrucijada que bien podría describirse con la analogía bíblica de "servir a dos señores". Por un lado, está el compromiso con los ciudadanos de Popayán, sus necesidades apremiantes y el desarrollo integral de la ciudad. Por otro, las presiones de grupos políticos que históricamente han buscado beneficiarse del erario.
Es momento de que el alcalde Muñoz demuestre el carácter necesario para honrar los compromisos adquiridos con los payaneses. La ciudad requiere una administración enfocada exclusivamente en el bienestar colectivo, libre de las ataduras que imponen los intereses particulares de ciertos sectores políticos y familiares.
Esta administración debe entender que no se puede servir a “Dios y al diablo” al mismo tiempo. Dios representa aquí al pueblo payanés, sus necesidades y su derecho a un gobierno que vele por su bienestar. El diablo simboliza a esos politiqueros que buscan influir en decisiones cruciales, perpetuando prácticas que solo benefician a unos pocos. Si el alcalde pretende honrar su compromiso con los payaneses, es hora de decidir de manera firme y clara de qué lado estará su lealtad.
La administración municipal no puede continuar en esta dualidad que compromete el desarrollo de Popayán. El alcalde debe tomar decisiones decisivas, comenzando por la restructuración de las dependencias que no han mostrado resultados satisfactorios. La ciudad necesita una gestión pública eficiente, transparente y comprometida únicamente con el bienestar de sus habitantes.
Popayán espera con esperanza y con exigencia: que el liderazgo municipal sea firme, genuino y fiel a la promesa de construir una ciudad que prospere y progrese sin excusas ni concesiones ante los intereses de unos pocos.