Escándalo en la Secretaría de Deporte de Popayán: tres procesos desiertos y un mar de irregularidades
Tres intentos fallidos y cero resultados

La Secretaría de Deporte de Popayán suma otro capítulo bochornoso en su gestión. Tras tres intentos fallidos para sacar adelante el concurso de méritos relacionado con el estudio, diseño, construcción, adecuación, mantenimiento y mejoramiento de 27 escenarios deportivos del municipio, el último proceso terminó declarado desierto. Una iniciativa que debía significar progreso y modernización para la infraestructura deportiva se ha convertido en un ejemplo de ineficiencia administrativa y falta de control.
El camino recorrido hasta aquí resulta indignante: primero, el intento de contratación con Kofán, un cabildo sin experiencia en este tipo de proyectos; luego, el traslado del proceso a Movilidad Futura, entidad alejada de las competencias deportivas; y finalmente, la frustración de una consultoría que terminó salpicada por presunta falsedad en la documentación presentada. Tres intentos, tres fracasos, y ninguna respuesta clara para la comunidad ante una inversión de gran importancia que supera los $6.000 mil millones de pesos.
¿Dónde está el liderazgo del Secretario de Deporte?
Las preguntas se acumulan en torno al secretario de Deporte, Felipe Sánchez. ¿Quién lidera y acompaña estos procesos? ¿Cómo se justifica que, tras meses de trámites, no se logre contratar con transparencia y eficacia? La percepción ciudadana es cada vez más crítica, y ya se rumora su salida inminente de la Secretaría.
En su reemplazo, suena el nombre del profesor de fútbol Diego Valencia, lo que abre un debate mayor: ¿seguirá el municipio improvisando al frente de sus dependencias? El deporte en Popayán no puede convertirse en terreno de ensayo ni de nombramientos sin experiencia en lo público. La ciudad necesita gestión técnica y profesional, no más improvisación.
Un historial de irregularidades que no cesa
Este nuevo fracaso se suma a un largo listado de cuestionamientos que arrastra la administración actual en materia deportiva. Basta recordar las irregularidades alrededor de la Media Maratón de Popayán, o la ausencia de incentivos deportivos en 2024 y 2025, que dejó a decenas de deportistas sin apoyo en competencias locales, regionales y nacionales.
Ahora, con el proceso para los escenarios deportivos, se repite el patrón de falta de planeación, opacidad y posible corrupción. La consecuencia es clara: Popayán sigue sin la infraestructura adecuada para que sus niños, jóvenes y atletas desarrollen plenamente su talento.
El costo para la ciudad y sus deportistas
Mientras las licitaciones fracasan, los escenarios deportivos continúan en estado de abandono. Canchas sin mantenimiento, coliseos deteriorados y espacios comunitarios en condiciones precarias son la realidad diaria de cientos de deportistas. Los sueños deportivos se apagan, no por falta de talento, sino por la indiferencia institucional.
Cada fracaso administrativo es tiempo perdido para el deporte. Y cada día que pasa sin soluciones concretas, se profundiza la brecha entre la promesa de un municipio con oportunidades y la realidad de una ciudad que margina a sus atletas.
Llamado a los órganos de control
Frente a este panorama, es necesario que los órganos competentes investiguen a fondo estas irregularidades. El deporte no puede seguir siendo víctima de improvisaciones ni de procesos enredados por falsedades. Popayán merece transparencia, eficiencia y compromiso real con sus deportistas y comunidades.
La ciudadanía observa con desconfianza, y con razón: la Secretaría de Deporte parece caminar de tropiezo en tropiezo, sin dirección clara ni responsabilidad política. La gran pregunta es: ¿hasta cuándo los sueños deportivos de Popayán seguirán chocando contra el muro de la corrupción y la improvisación?