¡Fallece a los 101 años Fanny Salazar de Jaramillo, la última "matrona" que engalanó la ciudad de Popayán…!
“Ella llevaba dentro, una insospechada fuerza, que emergía cuando la vida la ponía a prueba…!
Por: José Dueñas- Periodista Cultural-CNPC; Escritor-ACE; Historiador-AHC.
Email: enlaradio1040am@gmail.com
Para ella, los obstáculos siempre fueron un reto, un aprendizaje y la oportunidad para cambiar las cosas. Ella fue el ejemplo de resiliencia en las situaciones difíciles; ella fue creatividad y resolución; ella, en los contextos arduos, plasmó su talante y sus latentes habilidades y cualidades; ella fuè un ícono en la ciudad de Popayán del ayer; ella poseía dones de gente amable, exterior e interiormente y su fortaleza incomparable; además de la belleza que la acompañó desde siempre; ella fue reconocida por ser una magnífica comerciante con su icónica tienda, donde se vendìan: los estropajos, el jabón de la tierra, las alpargatas, sombreros de paja y todos los dulces, bocadillos y mecato payanes, que con sus laboriosas manos produjo y exhibió en la mesa y los estantes de su original tienda, complaciendo y deleitando los caprichos y paladares de los payaneses, ella fuè Fanny Salazar de Jaramillo.
Todas esas virtudes le merecieron el homenaje de la ciudad de Popayán, con el “Escudo de la muy Noble y Leal Ciudad de Popayán”.
Con su corazón afligido, escribe su amado hijo Juan Andrés Jaramillo Salazar: “Para la sociedad Payanesa, es con suma tristeza que el anuncio del deceso de mi madre Fanny Salazar Grijalba viuda de Jaramillo, nacida el cinco de Agosto del año 1922; fallezca el día de hoy jueves 23 de Noviembre del 2023, a sus 101 fructíferos años de edad. Sus exequias estarán ofrecidas por la Funeraria Los Laureles, frente a la Casa de la Moneda, se ofrecerá un réquiem en San Francisco a las 11:00 am y su alma y su espíritu esta ahora trascendiendo al encuentro con sus dos hijos amados, y el resto de la familia que la acogen con sus brazos al descanso final al reencuentro con la luz y las dimensiones que son la verdadera vida.”
Fallece la última “Matrona” que engalanaba la ciudad de Popayán!
Las “Matronas” son la herencia, el verdadero valor e importancia que representan en la historia de la ciudad de Popayán; tal como sentenció el poeta norteamericano William Ross Wallace con su frase: “…Esas manos que ayer mecieron las cunas, hoy rigen y gobiernan el mundo”. Para hilvanar el gran tejido social del pasado fecundo de las “Matronas” payanesas, de sus grandes valores y méritos, de sus vidas y trayectorias ejemplares para las generaciones venideras; es necesario conocer la historia de éstas grandes mujeres que entrelazaron la historia de la ciudad en un severo pasado fugaz y un futuro lleno de esperanzas.
La niña que nació en la Cúpula de la Catedral Basílica de Nuestra Señora De la Asunción de Popayán.
Para ilustrar a los ciudadanos payaneses, es necesario extractar una frase del Antropólogo y Crítico de Arte Juan Andrés Jaramillo Salazar, en su escrito del año 2013, titulado: “La cúpula de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción de Popayán”.
El Maestro Guillermo Valencia, señalo: “Al Arquitecto Adolfo Dueñas, se debe la silueta de Popayán”; se refería a la Cúpula de la Catedral de Nuestra Señora de la Asunción, a la Torre Campanario del Templo de Santo Domingo de Popayán; y el antiguo Templo de Nuestra Señora de Belén.
En la Cúpula de la Catedral, se desarrolló una fantástica historia, como extraída de la excelsa pluma de Cervantes o Dante. Nos trasladamos a días pretéritos, en los días de andamios y de la construcción por vez primera y en medio de las batallas bipartidistas entre Colombianos o las guerra civiles del comienzo del siglo XIX; se produce un hecho único e irrepetible en la historia de Popayán, por sus mismas características entre nacer o morir y el triunfó la vida!
Arriba en la Cúpula de la Catedral, apertrechados estaban algunos de los Señores y Doctores de la época, que de un bando epónimo y antagonista creían firmemente en el progreso de Colombia que aun deseaban fervientemente desarraigar las pesadas cadenas aun arrastradas de siglos de subyugante colonia y esclavismo, combinando con el craso y ponderado gamonalismo y de las haciendas que rubricaron el modus politicus, desde los albores de los asentamientos Europeos hasta las transiciones de la nueva casta de criollos descendientes de las familias más poseedoras de la tierra.
Uno de ellos era Don Cristóbal Grijalba Campo, quien esperaba la vianda que mitigaría su fatiga corporal y penurias de días, llega cada día que se puede el ejercicio cotidiano de escabullirse de la furia y de la persecución de godos contra liberales y había que hacerlo pues era la guerra sin cuartel y a muerte. El subir esos andamios por escalones improvisados y poleas que subirían y bajarían materiales de construcción de la Cúpula, eran órdenes directas del Arquitecto jefe Adolfo Dueñas, así mismo y lentamente Doña Juana Paula de las Mercedes Sánchez Muñoz, ambos bisabuelos maternos de Juan Andrés Jaramillo, se cuidan como el matrimonio que habían conformado con hijos que llegaron a ser dos varones: Arturo, Tiberio y tres damas: Ernestina, Emma y Mercedes Grijalba Sánchez.
Al llegar a la Cúpula de la Catedral, hasta donde estaban los valientes decididos e ilustres Señores, se desata el cruce de balas de los fusiles con el patriotismo de antes, a Doña Juan Paula se le impide bajar para protegerla, ya que se encontraba en el crucial momento de parto, y no habría quien la socorriera y la ayudara a bajar de la altura de los empotrados andamios. Pues bien, ella debió hallar refugio, allí mismo en la Cúpula aun en construcción, las emociones y la reverberación de la adrenalina conduce al acelere natural del instante vivificado y en ese momento rompe fuente y minutos más tarde una niña enciende el llanto de la vida, naciendo allí mismo, el día 21 de Agosto de 1903; Doña Ernestina Grijalba Sánchez, la abuela de Juan Andrés, Francisco Eduardo (qepd) y José Tomas Jaramillo (qepd). De éste hecho histórico, sin paralelos e insigne forma de la historia, de Doña Ernestina Grijalba Sánchez, nacería Fanny Salazar de Jaramillo.
Fanny Salazar de Jaramillo, la última “Matrona” que engalanó la ciudad de Popayán
Hace 101 años nació Fanny Salazar de Jaramillo, en el seno del hogar conformado por Ricardo Salazar, a su vez hijo mayor de Gonzalo María Ayerbe y Delfina Salazar y Ernestina Grijalba Sánchez, igualmente hija de Cristóbal Grijalba y de Juana Paula de las Mercedes Sánchez; todos ellos Payaneses raizales a excepción de Delfina Salazar quien era oriunda de Paispamba. Fanny Salazar de Jaramillo,viene de esa estirpe que engrandece con dignidad ésta bella Villa de Pubenza.
Fanny Salazar, fue la segunda hija de la viuda prematura que fue Ernestina Grijalba Sánchez, al fallecer a muy temprana edad Don Ricardo Salazar. Desde muy tierna edad Doña Ernestina, les enseña las labores de ganarse la vida a través del trabajo, comenzando desde los seis años a traer y llevar los encargos de Doña Ernestina que no eran pocos y a transitar entre Popayán y Cali, en la Estación de Ferrocarril de la época, con encargos de mercancías por entregar y dineros por traer encomendados. Sus estudios primarios fueron lo suficientes para organizar su vida contable con mas inteligencia y sentido común que con información que le hubiera sido más vital en su vida misma, rogo y se entusiasmo con ser estudiante de las Salesianas y soñó con ser una aspirante a la carrera de medicina, frustración que llevo toda la vida, ya que su progenitora solo entendió el lenguaje del trabajo, como el único medio que cautivo su mente por aquellos días.
Nacen del matrimonio entre Luis Hernando Jaramillo Córdoba, oriundo de Balboa, Cauca, al desposarse con Fanny Salazar, cuatro varones a su vez: Jesús María (qepd), José Tomas (qepd), Francisco Eduardo (qepd), y Juan Andrés. Esta reseña solo encara parte de su durísimo trasegar por la vida como madre íngrima, quien decide criar sus tres hijos y sacarlos avante según los desafíos de la vida y lo logra con pundonor, valentía y arrojo desmesurado. La vida le habría de reponer con satisfacciones su dura empresa de ver a sus hijos conformarse con éxitos dentro de sus propios cuadros familiares y educativos.
En ésta instancia, recordamos el merecido homenajeada en vida en el Concejo Municipal de Popayán, con “El Escudo de la muy Noble y Leal Ciudad de Popayán, a esta admirada “Matrona”Fanny Salazar Grijalba, por dejar un inmenso y significativo legado para las nuevas generaciones de payaneses.
Para concluir, coincido totalmente con el discernimiento del Nobel de Literatura Gabriel García Márquez, sobre las “Matronas”; cuando afirmó: “Creo que las mujeres sostienen el mundo en vilo, para que no se desbarate, mientraslos hombres tratamos de empujar la historia”. Hoy a sus 101 años, Fanny Salazar Grijalba, parte al encuentro con sus hijos y el Señor, dejando en la atmosfera etérea de la ciudad la herencia de resiliencia, tenacidad, belleza, carisma, afecto, deleite e igualmente el recuerdo que esta “Matrona” engalanó la sociedad payanesa.