Familias de Suárez, Cauca, se desplazan para refugiarse en una iglesia cristiana

Los combates entre disidentes de las Farc y el Ejército causan esta grave situación humanitaria.

Familias de Suárez, Cauca, se desplazan para refugiarse en una iglesia cristiana

Más de 570 campesinos de la población rural de La Toma,  zona rural del municipio de Suárez, Cauca, permanecen en una iglesia cristina tras escapar de los fuertes combates que se registran entre el Ejército Nacional e integrantes de las disdencias de las Farc en esta parte del norte del departamento.

Como bien lo denunció  José Luis Ambuila, coordinador de la guardia cimarrona, las mismas familias fueron laas que pidieron ayuda a sus líderes mediantes llamadas y mensajes en las redes sociales para salir de los combates y después ubicarse en la iglesia cristiana del sector de La Peña.

“Las mismas comunidades pidieron ayuda a la guardia, por eso llegamos al sector, a pesar de los combates para atenderlo, tranquilizarlas para después ayudarlas a salir de sus casas porque eran muy fuertes los ametrallamientos y las explosiones”, narró el líder social.

Posteriormente, y gracias al apoyo de entidades humanitarias y misiones médicas, estas familias recibieron comida, elementos de aseo y otros elementos, como colchonetas, para que pasen la noche en este centro religioso.

Mientras tanto, se espera que otras entidades y las autoridades regionales brinden más apoyo a estas comunidades, mientras que el Ejército trata de re tomar el control de esta localidad rural del Suárez. La amenaza de más combates aún persite en el sitio.

“Lo que pedimos es que se haga un barrido a la zona porque sabemos que hay muchos explosivos en los caminos que no estallaron y eso representa un riesgo para la población, especialmente para los niños, por eso no dejamos que salgan de este centro cristiano”, agregó José Luis Ambuila al hacer un llamado para que se detengan los combates.

Similar situación se registra en el municipio vecino de Santander de Quilichao, donde las autoridades y gobernadores indígenas ordenaron suspender las clases en las instituciones educativas de la zona rural para proteger a los niños, niñas y jóvenes de la zona, evitando así que queden en medio de las confrontaciones.