Fiscalía considera pedir detención de Secretario del Deporte de Popayán por riesgo de reincidencia
El Secretario del Deporte, Guillermo Marmolejo, hoy mismo se vio las caras con los estrados judiciales. Ante el Juzgado 12 Penal Municipal se le imputaron cargos por un presunto caso de corrupción en el Instituto de Deportes del Cauca (Indeportes).
Los hechos que hoy salpican a Guillermo Marmolejo, actual Secretario del Deporte de Popayán, no dejan bien parada a la administración de la Alianza por Popayán liderada por Juan Carlos Muñoz. Las imputaciones por un presunto caso de corrupción en el Instituto del Deporte (Indeporte) son un duro golpe a la credibilidad.
Pero lo más grave es que la Fiscalía ya evalúa si solicitar medida de aseguramiento en contra de Marmolejo por el riesgo de que, aprovechando su posición oficial, reitere las conductas punibles que se le endilgan. ¿Puede haber peor contradicción que tener un presunto corruption enquistado en el mismo equipo que hace tanta apología de la rectitud?
Si bien aún no se ha dictado sentencia y se debe respetar la presunción de inocencia, lo cierto es que la sola vinculación de Marmolejo a este proceso judicial proyecta una nube gris sobre los postulados éticos que se prometieron enarbolar desde el Palacio Municipal.
Independientemente del desenlace jurídico, esta situación abre un inevitable interrogante: ¿es Marmolejo la persona idónea para encabezar una cartera tan importante y sensible como la del deporte en los actuales momentos? ¿No sería mejor un paso al costado temporal mientras se aclara su situación legal?
Mantenerse en el cargo, pese a la opacidad que lo rodea, solo refuerza la percepción de que las proclamas de cambio y recuperación de la confianza ciudadana fueron meros eslóganes electorales. Que no hubo una verdadera convicción de romper con las viejas prácticas de dejar en funciones a quienes tienen abiertos procesos tan delicados.
Y es que un gobierno que aspira a transformar no puede darse el lujo de prestarse a suspicacias. Su deber es actuar con pulcritud y dotar de ejemplaridad a todas sus acciones. De lo contrario, se arriesga a erosionar su legitimidad de entrada.
Por ello, y por dignidad personal, lealtad a su propio discurso y gratitud a la confianza depositada por el alcalde Muñoz, Marmolejo debería analizar seriamente dar un paso al costado temporal. Sería un gesto de coherencia que le evitaría convertirse en una carga más para una administración que, todavía en pañales, ya acumula varios nubarrones.
El camino de la rectitud nunca es fácil. Pero insistimos: este es uno de esos momentos donde las decisiones correctas, por muy incómodas que sean, terminan dejando mejor parada a una causa que a la postre busca recuperar la esperanza de un Popayán que dejó de creer. La dignidad y la congruencia no tienen precio.