Francia Márquez: la voz incómoda que dignifica la rebeldía y el orgullo caucano

En un país donde la sumisión suele ser recompensada con cargos y contratos, y la crítica con el destierro político, se necesita mucha dignidad para alzar la voz.

Francia Márquez: la voz incómoda que dignifica la rebeldía y el orgullo caucano

Más aún si se hace desde el Cauca, una tierra históricamente ignorada por el poder central. Por eso, hoy más que nunca, Francia Márquez se erige como una digna representante de la rebeldía y el orgullo caucano.

Lejos de ser una figura decorativa del poder, Francia eligió decir lo que muchos callan. Denunció el racismo estructural, el patriarcado institucional y la exclusión sistemática a la que ha sido sometida, incluso desde adentro del mismo gobierno que prometió el cambio. Y lo hizo sin ambigüedades: con nombre propio, con firmeza, con esa voz que molesta a quienes están acostumbrados a que las mujeres negras hablen solo cuando se les permite y solo para aplaudir.

La vicepresidenta Francia Márquez ha expresado públicamente su inconformidad con la designación de Armando Benedetti en el Gobierno, señalando preocupaciones sobre su historial y posibles implicaciones éticas. Durante un Consejo de Ministros en febrero de 2025, Márquez manifestó su desacuerdo con el nombramiento de Benedetti como jefe de gabinete, indicando que no compartía la decisión del presidente Gustavo Petro.

Por decir verdades incómodas, fue apartada del Ministerio de Igualdad, el mismo que ella ayudó a construir y que ahora, en su ausencia, ha perdido rumbo. Porque Francia no se prestó para ser figura de vitrina; no se dejó domesticar por los intereses de la élite política, ni se sometió al cálculo electorero. Habló con coraje, y eso tiene consecuencias en un país donde la obediencia ciega suele ser más valorada que la honestidad política.

Además de la exclusión institucional, Márquez ha tenido la gallardía de admitir lo que muchos dentro del gobierno se niegan a aceptar: que el autodenominado “Gobierno del Cambio” también falló, que ha habido corrupción, que se han incumplido promesas, y que el Cauca, como siempre, ha sido víctima del olvido y la indiferencia. Todo se ha quedado en anuncios, en visitas presidenciales cargadas de discursos, en titulares que no se traducen en soluciones.

Los compromisos con los territorios étnicos, con las mujeres, con la educación, con la paz y con la dignidad de los pueblos del suroccidente se han convertido en palabras vacías. Francia lo dice con valentía, mientras otros prefieren el silencio cómodo que asegura cuotas de poder.

En Periódico Virtual, como medio comprometido con los intereses de Popayán y el Cauca, respaldamos la postura de Francia Márquez. Su honestidad incomoda, sí, pero también inspira. Representa esa resistencia que no se arrodilla, esa conciencia crítica que no se vende, esa mujer que no se deja borrar.

Hoy, cuando el país atraviesa una profunda crisis de credibilidad institucional, voces como la suya no solo deben ser escuchadas, sino protegidas y amplificadas. Porque si algo le hace falta al Cauca y a Colombia, es más valentía para decir la verdad, así duela.

Francia Márquez no está sola. Está con el pueblo que aún cree que otro país es posible.
Y eso, precisamente, es lo que más le temen desde el poder.