Francia Márquez: Un faro de esperanza en el Cauca a pesar de las alianzas políticas
La elección de Francia Márquez como vicepresidenta llena de orgullo a los caucanos. Su triunfo es la victoria de las luchas sociales y la representación genuina de las bases. Su historia de vida inspira, su liderazgo no tiene igual.
Sin embargo, causa tristeza y preocupación verla cercana a fuerzas políticas tradicionales como la del gobernador del Cauca, Elías Larrahondo. Su gobierno dista mucho del ideal de cambio que Márquez encarna.
No podemos evitar pensar que comete un error al vincular su invaluable legado a un político cuestionado e ineficaz como Larrahondo. Su alianza para apoyar al candidato a la gobernación del Cauca, Octavio Guzmán, envía una señal equivocada a quienes confiamos en que ella no transaría con el continuismo
Reconocemos la autonomía de Francia Márquez para tomar sus decisiones. Pero también consideramos nuestro deber exhortarla fraternalmente a no permitir que nadie opaque su luz ni su coherencia, menos aún politiqueros de siempre.
Ella demostró que sí es posible dignificar la política desde abajo. Sería una tragedia que su nombre termine asociado a lo que tanto combatió. Confiamos en que recapacitará y entenderá que el cambio del Cauca no llegará de la mano de los mismos de siempre.
Somos muchos, las mayorías que nos reconocemos como los nadies; los hijos de nadie, dueños de nada. No hablamos idiomas, sino dialectos; no profesamos religiones, sino supersticiones. No creamos arte, sino artesanía; no practicamos cultura, sino folklore. No somos considerados seres humanos, sino recursos humanos. No tenemos cara, sino brazos; no tenemos nombre, sino número. No aparecemos en la historia universal, sino en la crónica roja de la prensa local. Somos los nadies, aquellos que cuestan menos que la bala que los mata, como lo expresó el escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano.
En un mundo donde la autenticidad es un tesoro raro, la vicepresidenta de Colombia, Francia Márquez, se destaca como un faro de esperanza y determinación para nuestro pueblo. Además, ya no es solo nuestra inspiración, sino del mundo entero. Márquez ha superado desafíos inimaginables para convertirse en un símbolo de coraje y liderazgo.
Márquez es y seguirá siendo un orgullo para las mujeres y hombres de nuestra región. Su grandeza radica en nunca rendirse. Aunque hoy tengamos diferencias, le auguramos lo mejor en su trayectoria política al servicio de los oprimidos. Su esencia seguirá inspirando al pueblo caucano