Francisco José de Caldas: Un legado que florece en cada Aniversario de Popayán
Popayán, con su riqueza histórica y cultural, nos convoca cada año a reflexionar sobre su fundación y el legado que la ha moldeado
En este debate sobre honrar a Sebastián de Belalcázar o rendir tributo al Sabio Francisco José de Caldas, es fundamental entender que nuestra historia no es lineal, sino un mosaico de eventos, personajes y contextos que deben ser valorados en su complejidad.
Sebastián de Belalcázar, como figura histórica, es innegable en el origen de Popayán. Sin embargo, su rol como conquistador representa también un capítulo de violencia y despojo para los pueblos indígenas que habitaban esta región. Ignorar esta realidad sería desconocer una parte esencial de nuestra memoria colectiva.
Por otro lado, el Sabio Caldas simboliza el conocimiento, la ciencia y la búsqueda de libertad, valores que inspiran y que representan otra faceta de la historia de Popayán. Rendirle homenaje no es un acto de negación hacia Belalcázar, sino una reafirmación de que esta ciudad ha evolucionado más allá de su origen colonial.
La ofrenda floral a Francisco José de Caldas en el cumpleaños de Popayán no solo es un acto simbólico, sino un recordatorio del legado inmortal de un hombre nacido en esta tierra, cuyo aporte a la ciencia, la astronomía y la lucha por la independencia dejó huellas imborrables en la historia de Colombia. Su grandeza trasciende tanto que su apellido honra a uno de los departamentos del país, perpetuando su memoria como un faro de conocimiento, valor y patriotismo.
Celebrarlo no significa ignorar los orígenes de la ciudad, sino destacar el impacto positivo que figuras como Caldas han tenido en la construcción de nuestra identidad como pueblo. En su honor, este gesto anual es una inspiración para que las generaciones presentes y futuras encuentren en su ejemplo la fuerza para transformar las adversidades en oportunidades y mantener vivo el espíritu de superación que define a Popayán.
La historia no debe ser utilizada como herramienta de división, sino como un puente para comprendernos y reconciliarnos con nuestro pasado. En el cumpleaños de Popayán, quizás el mayor homenaje sería fomentar un diálogo abierto, donde se reconozcan todas las voces que han construido esta ciudad: desde los pueblos indígenas, afros, pasando por los colonizadores, hasta las figuras ilustres que nos legaron su sabiduría y compromiso.
Popayán no es solo su fundación, sino su gente, su cultura y su futuro. Respetemos esa complejidad para avanzar juntos.