Hemos retrocedido al menos dos cuatrienios en avances en materia de movilidad, falta competencia
Por: Rubén Caicedo
Es importante destacar que la demarcación de las calles es una actividad fundamental que no debe retrasarse en el tiempo. Aunque se agradece que se haya acelerado el proceso de demarcación de algunas calles de la ciudad con la llegada de la Semana Santa, lo que no debería ser una excepción, sino una práctica habitual en el mantenimiento de las vías.
Importante señalar que no es necesario esperar tanto tiempo para llevar a cabo este tipo de actividades, ya que, por norma, después de 72 horas de aplicada la mezcla asfáltica, es posible comenzar el proceso de demarcación sin que los procesos naturales de curado de la mezcla deterioren la pintura recién colocada. Por lo tanto, es recomendable que los Supervisores encargados de las intervenciones viales optimicen el criterio de ciudad inmerso en estas ejecuciones, haciendo los requerimientos necesarios para que se ejecuten casi simultáneamente las actividades correspondientes, en lugar de dejar la demarcación como un elemento secundario.
La colocación de líneas de demarcación y marcas viales implica la colocación de microesferas de vidrio y/o cerámicas que garantizan la retroreflectividad de las figuras y líneas pintadas, asegurando su visibilidad en toda condición climática y/o de dificultad en la visualización. Por tanto, el precio que se paga por cada metro de línea pintada considera la pintura y los demás elementos necesarios para su correcta ejecución según la normatividad colombiana. Aparentemente, por la textura y visualización nocturna de los elementos, el uso de microesferas no fue llevado a cabo, lo que tendría como resultado una retroreflectividad insuficiente. Por lo tanto, es necesario que el organismo encargado de la supervisión de estas ejecuciones realice las mediciones correspondientes para verificar la homogeneidad y retroreflectividad, según lo definido en la NTC 4744-4. Todo ello se encuentra documentado en las Especificaciones Generales de Construcción de INVIAS - Artículo 700.
Si bien es cierto que el mantenimiento de las superficies de rodadura y estructura de pavimento es una necesidad importante para la mayoría de las vías de la ciudad, la demarcación es un elemento fundamental que no debe ser dilatado en el tiempo y debe ser ejecutado de manera correcta.
La falta de señalización/demarcación en grandes superficies de capa de rodadura da lugar a una variedad de comportamientos anómalos en el tránsito, como circulación en contra vía, invasiones de carril, giros prohibidos, excesos de velocidad, trayectorias erráticas, entre otros, a los que se suman los malos hábitos de los ciudadanos que, por falta de conocimiento y pericia, pueden comprometer la movilidad en la ciudad y aumentar el potencial de ocurrencia de accidentes en contra de la Seguridad Vial, concepto que a todas luces aparentemente se defiende.
En la actualidad, muchos de los dispositivos que en su momento ofrecían una canalización que mantenía las trayectorias de circulación limpias de interferencias, y funcionaban de manera directa en favor de la movilidad evitando cierres, invasiones y otras anomalías, han sido retirados y no repuestos. Esto da oportunidad a que las anomalías que habían sido corregidas reaparezcan. Por ejemplo, en la entrada principal al Centro Comercial Campanario con la reversa de taxistas para tomar el semáforo al norte, los movimientos frente al Colegio Salesianas y Seminario, el paso bajo el puente peatonal en Tulcán, el entrecruzamiento en la Calle 1ª hacia la Galería del Bolívar, entre otros.
Debe plantearse un plan de reposición de estos elementos en los lugares donde fueron ejecutados los proyectos de recuperación de la capa de rodadura, pero se omitió la vuelta a colocar los elementos que allí existían y que ya habían corregido comportamientos contrarios a la seguridad vial y la movilidad. Sitios como Tulcán tan crítico para los estudiantes.
La utilización estratégica de elementos puede ser una herramienta muy útil para corregir comportamientos anómalos que ejecutan los ciudadanos que no observan una adecuada guía en la infraestructura existente y que, adicionalmente, van en contravía de algunas de las señales instaladas. Esta técnica también puede ser aplicada para mitigar eventos que generan congestión en la actualidad.
Por ejemplo, en las intersecciones de Bellavista y el Sena se implementaron pasos directos que permitieron, dentro de la infraestructura existente, limpiar las trayectorias y coadyuvar a los usuarios a tomar de manera anticipada las decisiones correctas, lo que viabilizó menores tiempos de recorrido. Estas intervenciones son consideradas de “bajo costo y alto impacto”, ya que permiten mejorar gradualmente la movilidad general en la red vial del municipio.
Debemos considerar que las aparentes “pequeñas” anomalías que generan algunos conductores en puntos específicos de la red pueden generar trastornos en el fenómeno del tránsito que se despejan hasta 15 minutos después de su ocurrencia. Si estas situaciones no son atendidas adecuadamente, en tiempos acumulados, incrementan grandemente todos nuestros tiempos de desplazamiento. Por esta razón, es fundamental contar con un equipo realmente conocedor que pueda medir y evaluar estas anomalías en tiempo real y aplicar las intervenciones adecuadas para corregirlas.
Se vuelve crucial considerar que las actividades de señalización y mantenimiento vial no sean un esfuerzo temporal y superficial para atender únicamente a los visitantes que llegan en temporadas específicas. Es fundamental que se realice un mantenimiento constante y riguroso de la infraestructura vial para asegurar la seguridad y la comodidad de los habitantes permanentes de la ciudad.
Es común ver que en nuestra ciudad se enfocan los esfuerzos de mantenimiento y señalización vial en épocas de alta demanda turística, dejando de lado las necesidades de los residentes que utilizan la red vial de forma cotidiana. Esto no debería ser así, ya que la infraestructura vial es esencial para la calidad de vida de los habitantes de la ciudad.
Deben enfocarse los esfuerzos de señalización y mantenimiento para que sean continuos y efectivos para todos los usuarios de la red vial, independientemente de la temporada. Por ejemplo, los semáforos y señales de tráfico deben ser revisados y mantenidos de manera constante para garantizar que estén funcionando correctamente y sean fáciles de entender para todos los conductores. Popayán no es solo una semana al año, de hecho miles de payaneses prefieren no estar en le ciudad en esa semana.
Además, la ciudad debe estar siempre en busca de mejoras en la infraestructura vial para garantizar la seguridad de los conductores y peatones. Por ejemplo, se pueden acotar esfuerzos importantes para lograr construir nuevos puentes o pasos a desnivel para evitar congestiones en puntos específicos de la ciudad como las intersecciones sobre la vía panamericana. Es tiempo de elevar a Popayán.
En resumen, es importante que las actividades de señalización y mantenimiento vial no sean una medida temporal, sino que se realicen de forma continua para garantizar la seguridad y comodidad de los habitantes permanentes de la ciudad.
Algo claro ha pasado en este último cuatrienio, hemos retrocedido al menos dos cuatrienios en avances en materia de movilidad, falta competencia.