Hospital San José: decisión estratégica para enfrentar la crisis financiera

La profunda crisis del sistema de salud colombiano, que golpea con mayor fuerza a hospitales públicos como el Hospital Universitario San José de Popayán (HUSJ), exige decisiones firmes y técnicas para garantizar su sostenibilidad.

Hospital San José: decisión estratégica para enfrentar la crisis financiera

Ante la deuda millonaria acumulada por las EPS, la administración ha optado por acudir a una firma especializada en recuperación de cartera, medida que ha generado debate pero que resulta responsable y necesaria.

Una cartera inmanejable para los hospitales

El HUSJ enfrenta una cartera morosa superior a los 2,5 billones de pesos, de la cual cerca del 45% corresponde a cartera no corriente (más de un año de vencida). Este dinero, que debería estar financiando la atención de tercer nivel, está estancado en procesos burocráticos y en la insolvencia de varias EPS, especialmente después de la intervención a la Nueva EPS, la cual ha agudizado la crisis de flujo de caja.

La diferencia entre “cartera antes y después de la intervención”

Voceros de la institución lo explican con claridad:

“Estamos hablando de cartera no corriente con más de un año de vencida. Aquí hay que diferenciar entre la cartera antes de la intervención y la cartera después de la intervención. La cartera después de la intervención es la que vienen asumiendo nuestros abogados internos. Pero la cartera anterior a la intervención, que ya supera los 360 días, no tiene línea de pago por parte del Gobierno Nacional ni de ninguna EPS”. Manifesto Juan Carlos Arteaga gerente del Hospital San José de Popayán

En otras palabras, los abogados del hospital sí trabajan, pero sus competencias alcanzan hasta lo que la ley permite. La cartera más vieja y estancada, acumulada antes de la intervención de la Nueva EPS, requiere un refuerzo especializado para no dejar perder esos recursos.

Pago contra resultado: no hay desangre

El contrato con la firma externa no representa un gasto injustificado. Por el contrario, está diseñado bajo un esquema de pago contra éxito: la empresa solo cobra si logra recaudar. Esto significa que el hospital no arriesga recursos propios, y que los honorarios salen de lo efectivamente recuperado.
De esta manera, lejos de ser un “desangre”, la medida se convierte en una estrategia para rescatar dineros atrapados que de otro modo estarían perdidos.

El proceso se enmarca en el Estatuto de Contratación, contempla multas por incumplimiento, obligaciones de confidencialidad, reportes permanentes y supervisión directa de la gerencia. Además, fortalece el trabajo del equipo jurídico interno, que continúa gestionando la cartera más reciente, mientras que el contratista asume la cartera crítica y rezagada.

En conclusión, la decisión del Hospital Universitario San José de Popayán no es un capricho ni un gasto innecesario: es una respuesta estratégica a la asfixia financiera causada por las EPS.
La contratación externa complementa, no reemplaza, al equipo jurídico interno, y busca un solo objetivo: rescatar cada peso posible para garantizar el funcionamiento del hospital, pagar a su personal, sostener la atención de alta complejidad y proteger el derecho a la salud de los caucanos.

Criticar la contratación externa sin entender la magnitud de la crisis es desconocer la realidad. El hospital no puede darse el lujo de dejar perder recursos vitales por trámites que superan las competencias legales de sus abogados internos. Hablar de “desangre” es fácil; lo difícil es sostener una institución que carga con deudas impagadas, servicios de alta complejidad y la salud de todo un departamento.

En este contexto, cada peso recuperado es una victoria para el Cauca. Y decisiones como esta son las que marcan la diferencia entre resistir la crisis o sucumbir a ella.