Huelga de hambre en la cárcel de Popayán: internos denuncian brutal represión del INPEC
Más de 200 privados de la libertad, en su mayoría indígenas, protestan por la precaria alimentación. Autoridades piden un consejo de seguridad tras los hechos de violencia.
Desde el lunes, 225 internos del patio 4 de la cárcel San Isidro de Popayán, en su mayoría indígenas, iniciaron una huelga de hambre pacífica para exigir una alimentación digna. Sin embargo, la respuesta del INPEC fue un violento operativo que terminó en golpes, insultos y la confiscación de sus pertenencias.
Protesta por hambre, respuesta con violencia
Los internos aseguran que llevan meses recibiendo comida en mal estado, sin los mínimos estándares de salubridad. Cansados de lo que califican como “bazofia”, decidieron abstenerse de comer para llamar la atención de las autoridades penitenciarias.
Pero la mañana del martes, el reclamo por dignidad se convirtió en un episodio de terror: los guardianes del INPEC irrumpieron en el patio 4 con bolillos, escudos y gases, golpeando a los internos y destruyendo sus pocos objetos personales.
“No llevaron diálogo, llevaron odio”, relató un interno a través de una llamada grabada que circula entre familiares.
Despojo y humillación
Tras la intervención, los internos denunciaron que los guardias confiscaron hamacas, cobijas, utensilios de cocina y alimentos básicos como azúcar o café. Según familiares, las condiciones de frío y hambre podrían provocar una crisis humanitaria si no se permite el ingreso de víveres.
“Los quieren doblegar matándolos de hambre y de frío”, afirmó un vocero de familiares desde el exterior del penal.
Reacción institucional
Ante la gravedad de los hechos, la Defensoría del Pueblo y la Dirección del INPEC solicitaron al Gobernador del Cauca la realización de un consejo de seguridad urgente en el centro penitenciario.
El objetivo, según el comunicado, es “tomar medidas para evitar hechos de violencia contra funcionarios y personas privadas de la libertad”, especialmente después del reciente plan desarme desarrollado en San Isidro.
Hasta el momento, ni la Gobernación ni la Alcaldía de Popayán se han pronunciado sobre los hechos.
Este episodio expone la profunda crisis carcelaria en Colombia, donde la sobrepoblación, la mala alimentación y los abusos del personal del INPEC se repiten sin soluciones estructurales. En Popayán, el penal San Isidro ha sido señalado en varias ocasiones por violaciones a los derechos humanos y hacinamiento.
Mientras los internos siguen en huelga de hambre, las organizaciones defensoras de derechos humanos exigen presencia inmediata de la Defensoría del Pueblo y la Personería de Popayán para verificar las denuncias y garantizar la integridad física de los manifestantes.
La situación sigue en desarrollo.
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