Indiferencia Nacional: Damnificados de Rosas bloquean la Panamericana exigiendo cumplimiento de promesas
El 29 de julio de 2024 será recordado como un día de vergüenza para el Gobierno Nacional de Gustavo Petro.
Los damnificados de Rosas, Cauca, se ven obligados a bloquear la vía Panamericana a las 7 de la mañana en un acto desesperado de protesta, tras meses de incumplimientos y promesas vacías por parte de las autoridades nacionales.
Desde el devastador deslizamiento de tierra en enero de 2023, estas comunidades han sufrido la indiferencia y la inacción de un gobierno que, en repetidas ocasiones, ha fallado en brindarles el apoyo necesario para reconstruir sus vidas. Es inaceptable que, más de un año después de la tragedia, cientos de familias sigan viviendo en condiciones precarias, sin acceso a vivienda adecuada, servicios básicos y estabilidad económica.
A pesar de las promesas hechas por el presidente Petro y su administración, los damnificados de Rosas siguen esperando una solución que parece nunca llegar.
Las palabras de consuelo y los compromisos vacíos no pueden reemplazar la acción concreta y efectiva que estas personas necesitan y merecen.
Mientras el Gobierno Nacional continúa mirando hacia otro lado, el gobierno departamental, liderado por Octavio Guzmán, ha mostrado un compromiso encomiable. Guzmán ha actuado como mediador y articulador, intentando sin éxito que las promesas del gobierno central se materialicen.
En múltiples ocasiones, hemos escuchado a Guzmán en tono vehemente solicitar al Gobierno Nacional que cumpla con los acuerdos y las promesas hechas a esta comunidad. Sin embargo, su esfuerzo no ha sido suficiente ante la indiferencia y la falta de voluntad política de la administración Petro.
Es alarmante y deplorable que el clamor de estas comunidades haya caído en oídos sordos. La protesta de mañana no es un simple bloqueo de una carretera; es un grito desesperado de ciudadanos que se sienten abandonados y traicionados por aquellos que deberían protegerlos y asistirlos.
Es una acusación directa a la incompetencia y la falta de empatía de un gobierno que ha fallado en cumplir con sus obligaciones más básicas. El presidente Petro y su equipo deben tomar esta protesta como un llamado urgente a la acción.
Las palabras ya no son suficientes; es imperativo que el Gobierno Nacional actúe de inmediato para brindar soluciones reales y sostenibles a los damnificados de Rosas. La dignidad y el bienestar de estas comunidades no pueden seguir siendo relegados al olvido.
Es hora de que el Gobierno del Cambio demuestre que está a la altura de sus responsabilidades y cumpla con las promesas hechas. Las vidas y el futuro de los damnificados de Rosas están en juego, y el tiempo para actuar es ahora.