Informe de Gestión 2024: Consuelo Chantre bajo fuego por un Popayán en crisis

Popayán: caos, inseguridad y promesas incumplidas en el Concejo Lo que debería haber sido una sesión ordinaria del Concejo Municipal para discutir el bienestar de los ciudadanos se convirtió en un desfile de quejas, señalamientos y una clara evidencia del abandono que vive la ciudad.

Informe de Gestión 2024: Consuelo Chantre bajo fuego por un Popayán en crisis

El pasado 3 de marzo, en una reunión cargada de tensiones, líderes comunitarios y concejales expusieron un panorama desolador: inseguridad desbordada, presupuestos participativos estancados y una Secretaría de Gobierno que, lejos de ofrecer soluciones, parece atrapada en un ciclo de informes vacíos y promesas rotas.

La sesión, que tuvo lugar en el recinto municipal, dejó al descubierto la frustración de los habitantes de barrios como Pandiguando y la comuna 8, quienes claman por atención ante problemas que no son nuevos: venta de drogas, prostitución, contaminación ambiental y una ola de inseguridad que contradice el supuesto título de “mejor ciudad en seguridad” que algunos presumen.

Un líder comunitario, visiblemente indignado, relató cómo en Los Naranjos se incautó un camión con químicos para explosivos y en La Esmeralda fueron capturados cabecillas de las FARC, mientras la administración municipal sigue sin dar respuestas concretas. “Nos burlaron en la cara”, denunció, refiriéndose a la actitud del señor Carlos Horacio Gómez, quien, según él, desestimó las propuestas de 17 presidentes de juntas comunales.

El informe de gestión 2024 de la Secretaría de Gobierno, presentado como un logro con “100% de ejecución”, fue duramente cuestionado. La concejal Diana Imbachí no dudó en calificarlo de “falso” y exigió documentos que respalden afirmaciones como el supuesto funcionamiento de cámaras de seguridad en Olivares del Norte o la asistencia funeraria para habitantes de calle, que, en casos reales, tuvo que ser cubierta por particulares ante la falta de presupuesto.

El concejal Julián Ausecha intentó poner orden en el caos proponiendo ajustes al orden del día, pero el descontento general opacó cualquier intento de formalidad. Otro concejal, más pragmático, llamó a la Secretaría de Gobierno a articularse con el gobierno nacional y los comerciantes locales, quienes estarían dispuestos a aportar para mitigar el problema de los habitantes de calle y la inseguridad. Sin embargo, la sensación que quedó flotando es que Popayán está atrapada entre planes de desarrollo que no se ejecutan y una administración que no pasa de las buenas intenciones.

La sesión terminó con más preguntas que respuestas, aplazando para el 4 de marzo una discusión sobre el impuesto predial y otro informe de gestión que, si sigue la tónica, promete poco y entrega menos. Mientras tanto, los ciudadanos de Popayán siguen esperando que alguien, desde el Concejo o la Alcaldía, deje de hablar y empiece a actuar. Porque, como quedó claro, los almuerzos de arroz con pollo del alcalde que van entre 18 o 23, según el conteo irónico de un líder no pavimentan calles, no instalan cámaras ni devuelven la seguridad a una ciudad que se desangra en el abandono.