Iván Duque apoyó en su momento un plan paramilitar para sacar a Maduro del poder
El expresidente de Colombia, Iván Duque, y Juan Guaidó, fueron señalados impulsores de la incursión armada con mercenarios en territorio venezolano con el objetivo de derrocar al presidente venezolano.
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En sus declaraciones ante la Justicia de Colombia, el teniente Rayder Russo y el mayor Juvenal Sequea afirmaron que el Gobierno colombiano, bajo el mandato de Duque, tuvo conocimiento detallado del plan para desestabilizar al presidente Nicolás Maduro.
Russo relató que, tras una reunión con Iván Duque, se coordinaron acciones con la Dirección Nacional de Inteligencia (DNI) colombiana y se estableció comunicación con el ejército en La Guajira.
“Todas las acciones que estábamos haciendo en Riohacha las conocía el gobierno colombiano. La policía pasaba por los lugares y hablábamos con ellos”, declaró Sequea.
Cliver Alcalá Cordones, mayor general retirado venezolano, emergió como figura central en la organización del intento de golpe. Designado por Juan Guaidó —entonces presidente autoproclamado y reconocido por parte de la comunidad internacional—, Alcalá coordinó reuniones estratégicas en la ciudad de Bogotá con desertores militares, funcionarios de inteligencia colombiana y opositores venezolanos.
Según Rayder Russo, en encuentros celebrados en hoteles como uno cercano al Centro Comercial Ventura, Alcalá estructuró una “fuerza de tarea” para infiltrarse en Venezuela, reclutando a más de 130 exmilitares.
Su responsabilidad operativa incluyó la gestión de recursos y la conexión con actores internacionales como Jordan Goudreau, cuyo «Master Plan» buscaba acciones coordinadas en la frontera [colombiana] por Apure y por la frontera con Brasil. Sin embargo, su estrategia se vio truncada cuando Rusia expuso presuntos vínculos colombianos, desestabilizando la red de apoyo.
Juan Guaidó, al autoproclamarse presidente interino en 2019, otorgó un marco de legitimidad política a las operaciones. Aunque no participó directamente en las incursiones, su respaldo mediático y la designación de Alcalá como líder militar fueron clave para cohesionar a los desertores.
La oposición venezolana, representada por figuras como Lester Toledo y Jorge Betancourt, operó en terreno colombiano y facilitaron reuniones con mercenarios, gestionaron logística e intentaron internacionalizar el conflicto. Russo relató que estos grupos mantuvieron diálogo con la DNI colombiana y promovieron narrativas sobre una “ayuda humanitaria” como fachada para justificar la incursión.
Su participación no solo evidenció una alianza transnacional contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, sino que reveló fracturas internas en las estrategias para derrocarlo, marcadas por la dependencia de apoyos externos y la improvisación.
Goudreau, quien escapó de Colombia en 2020, corroboró en una entrevista reciente la participación de Duque y Álvaro Uribe: “Recuerdo el nombre de Iván Duque en la reunión con exgenerales venezolanos”. Sus exsocios, Luke Denman y Airan Berry, fueron entregados al gobierno estadounidense en un acuerdo con Caracas en 2023.
La incursión fracasó en mayo de 2020 cuando la Fuerza Armada Bolivariana desmanteló el grupo en La Guajira, capturando a una policía colombiana y matando a ocho mercenarios. Russo y Sequea, detemidos en Bogotá, aceptaron su responsabilidad en un acuerdo con la fiscalía: seis años de prisión a cambio de declarar contra Jacsy Álvarez, coordinadora logística del grupo. Actualmente cumplen condena bajo régimen de casa por cárcel.