Jorge Méndez, el periodista valiente asesinado en Norte de Santander
La violencia contra la libertad de prensa continúa.
El asesinato del periodista y líder social Jorge Méndez es un golpe más al oficio en Colombia y, en particular, una muestra de la deplorable situación de orden público en el departamento de Norte de Santander.
Méndez fue encontrado el pasado 27 de junio con impactos de bala y signos de tortura en Tibú ,y su caso, aún bajo investigacion judicial, se une a una creciente lista de periodistas amenazados, asesinados y perseguidos. ¡Como en Popayán donde los obreros de la información son perseguidos hasta la saciedad!
Las autoridades siguen sin poder dar cuenta de los responsables ni medidas de seguridad suficientes, mientras que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) se unió a las voces de alerta.
Méndez era conocido por una página de Facebook llamada “La Gabarra con una imagen diferente”. Se trataba de un verdedaro esfuerzo periodístico y cívico valiente, en una zona históricamente marcada por la violencia y con fuerte presencia de varios grupos criminales.
En el comunicado donde lamentan su asesinato, la Alcaldía de Tibú explicó que Méndez “logró proyectar de manera positiva y resiliente a su comunidad y sus diversos sectores”, y pidió “a las autoridades competentes investigar de manera rápida y efectiva este lamentable suceso”.
La frustración es la misma que se ha conocido en casos similares registrados en otras partes del país, donde la presencia de los grupos ilegales se hace ineludible y las esperanzas de justicia son escasas.
Cuando ocurrió el asesinato de Méndez, la Fundación para la Libertad de Prensa y la Federación Internacional de Periodistas repudiaron lo ocurrido. Ahora la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH, dirigida por el colombiano Pedro Vaca, se unió a los llamados de justicia. En un comunicado publicado el lunes, la CIDH escribe que “el asesinato de periodistas es la forma más extrema de censura, pues este tipo de actos produce un marcado efecto de autocensura y temor entre colegas periodistas, medios de comunicación y la sociedad”. Por eso, agrega, “los Estados son responsables de prevenir e investigar estos actos, sancionar a los responsables y garantizar una ade2cuada reparación a las víctimas”.