La batalla por el Parque Caldas y el futuro de Popayán
Popayán, la "Ciudad Blanca", enfrenta una encrucijada que va más allá de un simple debate sobre el uso del espacio público.
La reciente acción de tutela interpuesta por algunos ciudadanos para impedir la realización del Congreso Gastronómico en el Parque Caldas es un claro reflejo de una visión miope que amenaza con socavar el progreso y el reconocimiento cultural de nuestra ciudad.
No se trata solo de un evento. El Congreso Gastronómico es una tradición que ha puesto a Popayán en el mapa global, atrayendo a miles de turistas, dinamizando la economía local, y proyectando nuestra riqueza cultural y culinaria hacia el mundo. Negarle su lugar en el Parque Caldas es un acto de sabotaje contra el desarrollo de nuestra ciudad, una afrenta a los esfuerzos colectivos que durante años han buscado posicionar a Popayán como un destino gastronómico de primer nivel.
La argumentación de quienes han interpuesto esta tutela se basa en una supuesta protección del parque, un espacio que, desde su creación, ha sido un lugar de encuentro, celebración y expresión cultural para todos los payaneses. Restringir su uso para un evento de esta magnitud y relevancia es incomprensible y, francamente, una traición al legado cultural que nos define como ciudad.
Es imperativo que la justicia falle a favor del interés superior de Popayán y de la continuidad del Congreso Gastronómico en su sede histórica. No podemos permitir que decisiones egoístas y cortoplacistas destruyan lo que con tanto esfuerzo se ha construido. Este evento no solo beneficia a un sector, sino que es un motor de desarrollo económico, una fuente de orgullo local, y una vitrina internacional de nuestras tradiciones.
Popayán no puede permitirse retroceder. Esperamos que las autoridades judiciales reconozcan la importancia de este evento y, sobre todo, el impacto positivo que tiene para toda la comunidad. No podemos quedarnos de brazos cruzados mientras un grupo reducido busca imponer su voluntad sobre los intereses de toda una ciudad.
El Congreso Gastronómico debe seguir siendo un faro de cultura y desarrollo, y su lugar en el Parque Caldas, un derecho irrenunciable.