La Farsa del Monde Selection y la verdad del aguardiente Colombiano
Maribel Perafán Gallardo, gerente de la Industria Licorera del Cauca, se encuentra en Viena, Austria, mostrando con orgullo los productos que fabrica la reconocida empresa caucana.
A través de sus redes sociales, Perafán Gallardo ha expresado su satisfacción por la oportunidad de presentar al mundo los sabores únicos y la excelente calidad de los licores producidos en el Cauca.
Sin embargo, la realidad es que Perafán Gallardo se fue a viaticar con el dinero de los contribuyentes, promoviendo una falsa imagen de reconocimiento internacional. No se dejen engañar por el evento Monde Selection, un concurso que premia desde quesos hasta botellas de agua y cuya inscripción cuesta solo 150€, unos $600.000 pesos colombianos. Este evento no tiene la seriedad ni el prestigio que pretenden hacernos creer.
Así lo evidencia nuestro colaborador Alexander Casas Prado en su pagina en Facebook.
El verdadero ganador del premio al mejor aguardiente del mundo es "Mil Demonios," una bebida producida por la empresa colombiana 1000D Spirits S.A.S., que fue reconocida como una bebida "Súper Premium" en la San Francisco World Spirits Competition (SFWSC), uno de los certámenes de espirituosos más prestigiosos del mundo. Este año, la vigésima primera versión de la competencia se celebró en San Francisco, Estados Unidos, y contó con tres paneles diarios en los que 30 jueces, distribuidos en grupos, cataron a ciegas las 38.000 bebidas que participaron.
Mauricio Gutiérrez, cofundador de 1000D Spirits, aseguró que "Mil Demonios" sobresale por su excelente calidad y balance en el sabor, representando la maestría, el proceso y la dedicación que están detrás de su elaboración. Este aguardiente, producido en Bogotá, es tres veces destilado y filtrado con tres ingredientes botánicos: jengibre, hinojo y cilantro, resultando en una bebida limpia, agradable y balanceada que se puede coctelar.
Es crucial que no sigan mintiéndole al pueblo caucano. La verdadera excelencia se reconoce en certámenes serios y con criterios estrictos, no en farsas que solo buscan engañar y despilfarrar recursos públicos. No permitamos que sigan engañándonos con premios sin valor real mientras el verdadero mérito de nuestro aguardiente queda en manos de aquellos que realmente se lo han ganado.