La Gobernación del Cauca dejó de ser un centro de gobierno: se convirtió en la oficina de campaña de los mismos de siempre
Desde Temístocles Ortega Narváez el “cacique de Mercaderes” que aún pretende dictar el futuro del Cauca hasta el novel gobernador Octavio Guzmán, la gobernación ha servido de trampolín político más que de centro de gestión

Una tras otra, las administraciones han llenado las secretarías con exalcaldes y activistas de campaña cuyo único mérito demostrable es sumar votos en la próxima contienda, no transformar el territorio.
La vieja escuela de Temístocles
Ortega inauguró la práctica moderna de convertir el gabinete en directorio político: un puñado de exalcaldes, familiares y compromisarios electorales manejaron las principales secretarías mientras los indicadores sociales del departamento seguían en rojo. Aquella cofradía dejó un legado de cuestionamientos disciplinarios y contratos amarrados, hoy objeto de expedientes en la Fiscalía y la Procuraduría. Si algo aprendieron sus herederos, fue el manual del “todo vale” para perpetuar clanes en el poder.
Los hijos del mismo libreto
- Octavio Guzmán no esperó a calentar la silla y nombró como secretario general a Edgar Gómez Castillo, exalcalde de El Patía (2008-2011), y como secretario de Agricultura a Jorbe Alberto Macías, ex alcalde de Bolívar premios de consolación para barones electorales que apoyaron su campaña.
- Para la joya de la corona La Industria Licorera del Cauca, puso a Maribel Perafán Gallardo, dos veces alcaldesa de Timbío, sin experiencia demostrada en mercados de licores ni en comercio exterior.
El resultado era predecible: hurto de $600 millones en inventarios, ventas que se desploman y exportaciones irregulares sin permisos, hechos denunciados el día de hoy por Sintrabecólicas.
El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Licorera del Cauca alertó a la opinión pública sobre presuntas irregularidades en la gestión actual de la empresa, encabezada por Maribel Perafán Gallardo:
- Proyecto de exportación fallido: habría causado pérdidas por cerca de $2.800 millones.
- Contratación desbordada: los contratos por prestación de servicios pasaron de 58 en 2022 a 190 en 2024, y el presupuesto de publicidad aumentó en $600 millones.
- Caída de ventas: disminución preocupante en los productos tradicionales, especialmente el aguardiente caucano.
- Gerencia sin idoneidad: critican la falta de experiencia técnica y empresarial de la gerente, designada por el gobernador Octavio Guzmán.
- Posible detrimento patrimonial: advierten sobre inconsistencias que comprometerían recursos por más de $10 mil millones.
📣 Llamado urgente a la Contraloría, Procuraduría y Fiscalía para que actúen y eviten el colapso financiero de la Licorera del Cauca.
¿Gestores públicos o agentes de campaña?
La Ley 909 obliga a que los cargos directivos se llenen con idoneidad técnica y mérito. En el Cauca se invierte la lógica: primero la filiación, después —si queda tiempo— las competencias. Así, las secretarías de Hacienda, Infraestructura o Salud se convierten en botines para pagar favores políticos, mientras la lucha contra la pobreza, la informalidad y la violencia queda relegada a los discursos.
Un costo que pagan los caucanos
Cada nombramiento clientelista se traduce en:
- Decisiones improvisadas: planes de desarrollo dirigidos desde los comités de campaña.
- Ineficiencia crónica: proyectos de vías, hospitales o escuelas que nunca despegan porque al frente hay operadores políticos, no gestores.
- Desgobierno financiero: la Licorera —fuente clave de ingresos departamentales— se tambalea por malas praxis comerciales, poniendo en riesgo recursos para salud y educación.
- Desconfianza ciudadana: la gente ve la gobernación como club privado, no como institución pública.
Hora de cerrar el directorio y abrir la puerta a la meritocracia
El Cauca no aguanta otro cuatrienio de “agradecimientos” disfrazados de decreto. Los gobernadores deben someter cada cargo de primer nivel a concursos públicos de méritos, publicar hojas de vida completas y pactar metas trimestrales auditables. Sin transparencia ni perfiles técnicos, seguiremos repitiendo la fotografía de siempre: una clase política brindando con Aguardiente Caucano mientras el departamento colecciona indicadores de atraso.
Temístocles Ortega, sus pupilos que lo sucedieron en el cargo, y ahora Octavio Guzmán tienen algo en común: confundieron la Gobernación del Cauca con una agencia de colocación electoral. En lugar de rodearse de los mejores perfiles técnicos para liderar la transformación de un departamento golpeado por la pobreza, la violencia y el abandono, convirtieron los cargos públicos en premios de consolación para exalcaldes, aliados de campaña y operadores políticos.
El resultado está a la vista: instituciones debilitadas, decisiones improvisadas y una ciudadanía cada vez más desencantada. Pero también más consciente.
Ya es hora de devolverle a los caucanos la esperanza de una mejor calidad de vida. No con discursos vacíos ni frases de campaña, sino con resultados concretos, gestión transparente y un verdadero compromiso con el territorio.
El 31 de diciembre de 2027, día en que Octavio Guzmán, el primer gobernador del Cauca de origen campesino, como él mismo se autodenomina, culmine su periodo de gobierno, el Cauca podrá evaluar si “La fuerza del pueblo” fue más que un lema de campaña. Ese día, la historia juzgará si su administración tuvo el coraje y la capacidad de romper con las prácticas de siempre, o si simplemente fue más de lo mismo, envuelto en otro discurso.
Como si el daño causado a la Industria Licorera del Cauca no hubiese sido suficiente, Octavio Guzmán decidió premiar a Maribel Perafán Gallardo con la Secretaría de Gobierno del departamento, un cargo de altísima responsabilidad institucional. Su paso por la Licorera fue duramente cuestionado por los sindicatos y por diversos sectores que alertaron sobre posibles irregularidades, contrataciones sin transparencia y un millonario déficit por operaciones mal planeadas. Pero en la lógica política que gobierna al Cauca, el fracaso no se castiga: se recicla.
Y como si fuera poco, fuentes cercanas a los círculos políticos departamentales aseguran que Perafán Gallardo será candidata a la Gobernación del Cauca en 2027, lo que deja al descubierto una preocupante estrategia continuista. Todo indica que el poder no se quiere soltar: solo se redistribuye entre los mismos. Cambian los rostros, pero no las mañas.
El pueblo espera resultados, no excusas. Espera transformación, no continuidad de lo que nos ha condenado al atraso.