La improvisación no debe tener cabida en la política
Los procesos electorales suelen estar llenos de promesas y propuestas poco sustentadas que los candidatos utilizan para atraer votantes. En medio de la vorágine de las campañas, pareciera que elaborar un plan de gobierno realista y viable no es prioridad para muchos aspirantes.
Sin embargo, improvisar en temas tan serios y que afectan la vida de miles de ciudadanos es irresponsable. Los candidatos tienen el deber ético de presentar planes estructurados, con metas claras y basados en un profundo conocimiento de la realidad de sus territorios.
Un claro ejemplo de improvisación ocurrió recientemente en Popayán, donde la candidata a la alcaldía propuso en su programa de gobierno crear una oficina de cooperación internacional y una oficina de proyectos, cuando dichas dependencias ya existen desde hace más de una década.
En esta línea, la campaña de la Diana Fuentes, abogada, ex Concejal y ex secretaria de tránsito, es un ejemplo que arroja luces sobre este tema crucial. Su equipo ha presentado una pieza gráfica meticulosamente diseñada, que no solo busca cautivar al público, sino también transmitir un mensaje contundente: no somos forasteros, entendemos Popayán y sus necesidades. Sin embargo, una reflexión más profunda revela un contraste entre las propuestas y la realidad del municipio.
Un caso notable es el de la propuesta de "Crear la oficina de cooperación internacional" como parte del programa "Popayán Productiva". Sin embargo, esta oficina ya existe, según lo establecido en el acuerdo 033 de 2007, hace ya 16 años. La efectividad y el potencial de esta oficina están ahí para ser aprovechados, en lugar de ser replicados sin necesidad.
Otra propuesta destacada es la creación de una "oficina de proyectos". Sin embargo, es vital recordar que ya existe una institución similar en la Secretaría de Planeación, conocida como "El Banco de Proyectos". Si bien estas ideas pueden parecer novedosas, la verdadera novedad yace en la acción efectiva y la implementación de medidas que mejoren la calidad de vida de los ciudadanos.
En este tiempo de elecciones, la comunidad está cada vez más atenta y exigente. Los candidatos deben ir más allá de las palabras llamativas y demostrar una comprensión profunda del municipio. Los programas de gobierno y los planes de desarrollo no deben ser solo formalidades, sino compromisos genuinos con el progreso y la mejora continua. Las soluciones deben ser construidas sobre cimientos sólidos y estrategias bien pensadas.
Ser electo a un cargo de representación popular es un honor, pero también una enorme responsabilidad. Quienes aspiren a gobernar no pueden seguir improvisando sobre la marcha. Deben llegar con los deberes hechos, propuestas sensatas y un genuino compromiso con sus electores. Solo así recuperaremos la confianza en la política como herramienta transformadora.