La lucha del sur del Cauca: Un pueblo que doblega la indiferencia de la Compañía Energética de Occidente

El pueblo del sur del Cauca ha demostrado que la dignidad y la resistencia organizada son más poderosas que el abuso y la indiferencia de quienes manejan los servicios públicos con una mentalidad mercantilista.

La lucha del sur del Cauca: Un pueblo que doblega la indiferencia de la Compañía Energética de Occidente

Hoy, después de una lucha pacífica pero incansable, la Cordillera del Patía ha logrado acuerdos históricos con las autoridades, forzando a la Compañía Energética de Occidente (CEO) a reconocer su inoperancia y asumir parte de sus responsabilidades con una región que ha sido históricamente olvidada.

Una empresa que ha lucrado con el abandono

La CEO, que durante años ha ignorado a miles de familias del sur del Cauca, ha operado con una lógica empresarial que privilegia el lucro sobre el bienestar de las comunidades. Mientras en ciudades como Popayán, Cali y otras urbes se benefician de un servicio relativamente estable, en la Cordillera del Patía cientos de hogares han vivido en la oscuridad, relegados por una empresa que ha utilizado excusas administrativas para negar un derecho fundamental: la energía eléctrica.

No ha sido por voluntad de la CEO que se alcanzaron estos compromisos, sino por la presión de la comunidad, el respaldo de las organizaciones campesinas, la Alcaldía de Patía, el Concejo Municipal, la Gobernación del Cauca y los ministerios de Minas y Energía e Interior. Si la CEO tuviera verdadera voluntad de servicio, esta lucha nunca habría sido necesaria.

Compromisos arrancados a la CEO: ¿Cumplirá esta vez?

Los acuerdos firmados incluyen inspecciones del servicio eléctrico, instalación de medidores, expansión de la red y una revisión de cobros y facturación. Pero la historia nos ha enseñado que la CEO es experta en dilaciones, promesas incumplidas y en trasladar costos a los usuarios. Ahora, la empresa debe demostrar con hechos y no con comunicados de prensa que respetará los plazos y garantizará un servicio digno.

Es inadmisible que una empresa privada, con la concesión de un servicio público esencial, haya esperado a que la gente se movilizara para empezar a atender una deuda social histórica. No podemos olvidar que esta es la misma compañía que ha mantenido a miles de familias en la incertidumbre, con tarifas abusivas y cobros irregulares. ¿Cuántos años más habría tardado en actuar si no hubiera sido por la presión del pueblo?

El abuso de las tarifas y la esclavitud energética

Este episodio no solo expone la negligencia de la CEO en materia de cobertura y servicio, sino también el abuso sistemático en las tarifas. Las familias campesinas no solo han sido excluidas del acceso a la electricidad, sino que aquellas que sí han tenido el servicio han sido castigadas con facturas desproporcionadas, con cargos incomprensibles y con una falta absoluta de transparencia en la facturación.

Ahora se ha logrado el compromiso de hacer tres jornadas de revisión de cobros y facturación con la Superintendencia de Servicios Públicos y la CEO. Sin embargo, esto no basta. Es momento de exigir una auditoría integral a los cobros de la CEO en todo el departamento y una revisión estructural del modelo tarifario que sigue castigando a los más vulnerables.

El sur del Cauca sigue en pie: la lucha no termina

Esta victoria parcial es un logro de la movilización y la unidad del pueblo campesino, pero no podemos caer en la trampa de la complacencia. La CEO ya ha demostrado en el pasado su capacidad para incumplir, dilatar y encarecer el servicio con excusas técnicas. La comunidad debe mantenerse alerta, exigir que los acuerdos sean cumplidos en los tiempos establecidos y no aceptar ningún tipo de retraso o condicionamiento.

Es momento de que el gobierno nacional y la Superintendencia de Servicios Públicos revisen con lupa la gestión de la CEO en el Cauca. No podemos seguir permitiendo que una empresa privada maneje un servicio esencial con una mentalidad de monopolio insensible.

El mensaje es claro: el pueblo no es un negocio y la energía es un derecho, no un privilegio. La CEO debe cumplir, y si no lo hace, la lucha continuará. La Cordillera del Patía ya demostró su fuerza, y si es necesario, la demostrará de nuevo.