La política tradicional no ha transformado al Cauca

Sin duda, la elección de Elías Larrahondo como el primer gobernador afrodescendiente del Cauca fue un paso simbólico en la lucha contra el racismo e incluso el clasismo, si se desea

La política tradicional no ha transformado al Cauca

Pero los símbolos por sí solos no transforman una región sumida desde siempre en la miseria, la pobreza, el hambre y el atraso. Y es que Larrahondo no llegó al poder para servir al pueblo, sino gracias a oscuros acuerdos entre políticos tras bambalinas. Su coalición inicial se desvaneció rápidamente debido a su falta de gratitud y compromiso real con quienes lo llevaron al poder.

Hoy, desesperado por no desaparecer del mapa político caucano, Larrahondo apuesta sus últimas fichas a que su candidato, Octavio Guzmán, sea electo gobernador. Se aferra así a la politiquería tradicional que solo busca repartirse el pastel del poder entre unos pocos.

Es importante resaltar que Octavio Guzmán formó parte del gabinete de Elías Larrahondo como secretario de educación. Esto, a su vez, es parte de la mecánica electoral que busca distribuir el poder entre diferentes ex alcaldes de los municipios.

Esta dinámica tiene como objetivo otorgar una porción de influencia a los exalcaldes. Como se sabe, Octavio Guzmán fue alcalde de La Vega. Todo esto para brindar apoyo político al candidato que el gobernador en turno determine, ya sea para continuar en la gobernación, en la Cámara de Representantes o en el Senado de la República. Sin embargo, esta estrategia no tuvo éxito en la última ocasión, ya que Temístocles Ortega, el político más exitoso y poderoso en los últimos 30 años en el Cauca, sufrió un revés. Muchos afirman que esto se debió a la falta de liderazgo de Elías Larrahondo.

No obstante, lo realmente importante para que el Cauca pueda albergar esperanzas y experimentar un auténtico liderazgo, es crucial que se evite la continuidad del gobierno de Elías Larrahondo. Esto plantea la necesidad de una renovación profunda en la esfera política, con un enfoque en líderes comprometidos con el desarrollo real de la región y capaces de superar las dinámicas tradicionales que priorizan intereses particulares sobre el bienestar general.

La política basada en maquinarias y en estructuras de poder no debería convencer a nadie. Los caucanos estamos cansados de caciques que llegan ofreciendo cambios y terminan sometiendo a la región a más de lo mismo. Se necesita un liderazgo nuevo, ético y verdaderamente transformador.

Es hora de que las élites desconectadas le abran paso a líderes íntegros que unan al Cauca en torno a un propósito común de progreso y justicia social. Que vean en su diversidad una fortaleza, no una amenaza a sus privilegios.

Juntos podemos pasar la página de la politiquería improductiva y construir una nueva historia de cambio real para el Cauca.
¡El momento de actuar es ahora!