¡Los préstamos “Trampa” de China para dominar el mundo!

Por: Sandra Guerrero

¡Los préstamos “Trampa” de China para dominar el mundo!

El mundo es hoy multipolar y con él varios competidores en el terreno económico emplean diferentes estrategias para ganar posiciones “lideres” fáciles de camuflar en conceptos como; liderazgo económico o apertura multisectorial.

Entre el 2008  y 2021 China emitió préstamos por más de 240 mil millones de dólares - USD, a casi una ventana de países, todos ellos con un común denominador, tener altos índices de riesgo en el pago de su deuda, dicho de otra manara, China le prestó plata a países que sabía que no po de antemano que no podrían pagar sus compromisos con dinero, sino con commodities elementos integrales de su PIB.

Algunos de los fondos prestados, destacados por su alto valor han sido destinados a países como Argentina, Pakistán y Egipto.

En el caso de Venezuela por el ejemplo, el pago se hace con crudo de  petróleo, Argentina con pellet de harina o biodiesel de soja, Bolivia con minería e hidrocarburos como gas natural, zinc, oro, estaño, plata y quinua de soya, Nicaragua por su parte tras ganar el litigio internacional  contra Colombia en el 2011, pasó a ser poseedor de 32.000 kms de territorio marítimo de plataforma continental, área requerida por China para secundar sus intenciones expansionistas en América Latina y el Caribe,  con la construcción  de un gasoducto transoceánico y otro canal (como el de Panamá pero más grande) que conecte el continente americano con la China insular.

¿Pero por qué  un país qué tiene la segunda economía más importante del mundo correría el riesgo de perder dinero?, la respuesta es control y poder.

A través de los préstamos de inversión o sistemas de créditos transfronterizos, opacos e injustos por demás, China se granjea a su favor un sinfín de territorios y países en Europa, América y el Caribe y Asía meridional.

De acuerdo con  el informe presentado por la Escuela Harvard Kennedy y el Instituto  de Economía  Mundial de Kill, en el 2021 China prestó el 80% del total de  su capital destinado a préstamos, aprovechando los rezagos en la economía y estructuras  financieras dejados por el  Covid- 19, el 2021 fue un año de retos para las economías emergentes y pequeñas que vieron en este mecanismo  un salvavidas.

Países “pobres” o en riesgo de quiebra obtuvieron préstamos por parte de China, algo que jamás  hubiera  ocurrido con organizaciones financieras tradicionales   como; el Fondo Monetario Internacional, FMI, Banco Interamericano de Desarrollo, BID,  Banca Privada o el propio EE.UU.

Con ésta estrategia China eliminó de facto las clásicas limitaciones jurídicas que condicionan el mercado financiero y generó nuevos espacios de  juego en el mercado internacional, abriendo de paso una lucha frontal  contra la Banca privada de occidente.

Mientras el BID, FMI, Fondo Europeo de Inversión, inflesibliliza las normas de préstamos, interfiere en la regularización estatal y pide fuertes reformas laborales, pensionales, económicas y de salud, tal es el caso de países como Grecia y Argentina, reconocidos por haber tocado fondo y llegar a la quiebra.

China en su lugar flexibiliza las normas de los préstamos, extiende la línea de crédito, diversifica la moneda de intercambio a través del Yuan o el Renminbi, cobra  intereses altos, estipula el Swap en el acuerdo y no  condona la deuda.

Aunque ambos modelos de préstamos son perversos  y nunca  favorecen al cliente primario, hay que reconocer que el gigante asiático ha sido versátil en la forma de asentarse en el mercado financiero logrando con ello una gran influencia y poder en el mundo.

Un dato extra, el 5% de los préstamos brindados por China en el 2010 fueron a países en riesgo inminente de no pago, como Irak, Ecuador o Egipto, el primero venía de ser objeto de una intervención por parte de EE.UU y países aliados por el derrocamiento de Saddam Hussein, el segundo tuvo una etapa de inestabilidad gubernamental, inflación y volatilidad en su moneda la cual llevó al país Sudamericano adoptar el dólar como moneda central en 1999, pese a ello una década después tuvo  que salir a vender  activos y solicitar grandes préstamos para mantener su economía a flote.