Más allá del 'Complejo de Adán': Construyendo sobre lo construido 🏗️🚧
El ex alcalde de Popayán, Juan Carlos López Castrillón, aborda el fenómeno conocido como "el Complejo de Adán", una actitud que suele manifestarse en ciertos dignatarios y líderes que creen que todo lo están inventando desde cero, desconociendo el trabajo y los logros previos.
Con una mirada crítica y referencias bíblicas, López Castrillón nos invita a reflexionar sobre la importancia de la humildad, la continuidad y el reconocimiento del legado construido por otros.
Si vamos a hablar de las “primeras veces” debemos remitirnos al Génesis, el primer libro de la Biblia, que nos habla de cómo Dios creó el cielo, la tierra, los mares, las estrellas, los animales, etc.; y de cómo le dio vida a Adán, el primer hombre, de cuyo costillar luego surgió Eva. De ahí en adelante el mundo se empezó a construir. Todo estaba por hacer.
Esa historia, que es el relato cristiano de la creación del universo, se usa como referencia en muchos casos de estudio de la actividad empresarial y del sector público (especialmente en cargos directivos) para explicarle a las personas que llegan que no son los primeros en el universo, que antes de ellos no todo era oscuridad y que hay un camino construido por muchos.
A esa actitud de ciertos dignatarios, de creer que todo se lo están inventando, que nadie más había podido pensar las ideas que ellos exponen o que antes de su llegada todo era caos y no hay nada valioso, se le conoce como “el Complejo de Adán”.
La academia trata estas expresiones desde el punto de vista laboral como una falta de madurez profesional e inclusive los cataloga como un riesgo operacional, pues la tentación de llegar a acabar con los caminos andados puede generar dolorosos costos en tiempos y recursos.
Tristemente estas situaciones se ven más a menudo en el sector público, cuando un funcionario llega primero a destruir lo construido y luego a reconstruir sobre lo derruido. Terminan siempre pagando “los platos rotos” el erario público y los impuestos de los contribuyentes. Abundan sobre esto los ejemplos de sentencias en contra del estado.
Volviendo al relato bíblico, nuestro amigo Adán no podía quejarse de sus antecesores, pues no existían, pero si hubiese sido vecino de esta comarca seguramente habría renegado de la estructura divina recién estrenada, buscándole todos los “peros” a la creación y algún coterraneo al cual echarle la culpa, de pronto un ave de corto vuelo.
Porque Adán fue un experto en encontrar culpables para sus errores, el ejemplo es claro: el aceptó probar la manzana del árbol prohibido y cuando fue llamado a responder por sus actos le echó la culpa a Eva, porque lo más fácil es hacerse la víctima y señalar a los otros como los responsables de las consecuencias de nuestras malas decisiones.
Conclusión: el llamado es a superar estos complejos, a entender que no somos los primeros en el universo, que prácticamente todo está inventando y que otros también pueden estar pensando en buenas ideas para la ciudad; que no todo lo que nos antecede es negativo, que si bien muchos aspectos necesitan mayor trabajo y otros una profunda transformación, también hay cosas sobre las que se puede seguir edificando y que la madurez política y gerencial es fundamental para liderar los destinos de nuestra región.
Pdta: había escrito esta columna en julio de 2019, salvo pequeños ajustes, sigue teniendo la misma vigencia. Hay mucho Adán suelto.