Más de 60 trabajadores humanitarios de la ONU murieron en misiones durante este 2023
Sudán del Sur es todavía el país más inseguro para estas misiones. Hasta el 10 de agosto, se registraron allí 40 ataques, en los que murieron 22 trabajadores humanitarios.
Más de 60 trabajadores de la Naciones Unidas perdieron la vida en el cumplimiento de misiones humanitarias en lo que va de 2023, confirmó la organización, en vísperas del Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se conmemora cada 19 de agosto.
De acuerdo con los datos ofrecidos por el equipo de investigación "Aid Worker Security Database", de los consultores de Humanitarian Outcomes, “62 trabajadores humanitarios han perdido la vida en las crisis que sacuden al planeta, 84 resultaron heridos y 34 fueron secuestrados”.
Sudán del Sur continúa es aún el país más inseguro para estos profesionales. Solamente, hasta el 10 de agosto, se registraron en esa nación 40 ataques, en los que murieron 22 trabajadores, indicó la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, OCHA.
Mientras tanto,, Sudán es el segundo con mayor cifra de víctimas, al contar con 17 ataques a trabajadores humanitarios y 19 víctimas mortales durantes este 2023.
Por otro lado, el Informe de seguridad de los trabajadores humanitarios 2023, del propio equipo de investigación, estableció que en 2022, “444 trabajadores de ayuda humanitaria se vieron afectados por la violencia en 235 ataques importantes, que resultaron en 116 muertes”.
Asimismo, el documento destacó que “a nivel mundial, el número total de víctimas fue marginalmente menor en comparación al año anterior. Sin embargo, hubo un aumento significativo en los secuestros de trabajadores, aumentando a 185 de 117 en 2021”.
En ese sentido, Humanitarian Outcomes convocó en su cuenta en X, antes conocida como Twitter, “a honrar a aquellos que arriesgan sus vidas para ayudar a otro mientras celebramos Día Mundial de la Asistencia Humanitaria esta semana".
Este año, la fecha recuerda los 20 años del atentado suicida de 2003 contra la sede de la ONU en el Hotel Canal de Bagdad, Iraq, en el que murieron 22 miembros del personal de la organización, entre ellos el jefe de la misión, el brasileño Sergio Vieira de Mello.