Comerciantes de la plazoleta San Francisco de Popayán le celebraron el cumpleaños a María Eugenia
Esta reconocida habitante de calle cumplió 74 años por eso sus amigos comerciantes no dejaron pasar por alto esta fecha especial para ella.
Comerciantes de la plazoleta San Francisco de Popayán celebraron el cumpleaños a María Eugenia, la carismática habitante de calle que ahora es la guardiana de este importante espacio del centro histórico de la ciudad.
Ella, menuda pero con potente voz, cumplió 74 años de edad y esta importante fecha no debía pasar desapercibida, por eso las personas que a diario laboran en este lugar unieron esfuerzos para celebrarle, con un pastel y otros regalos, este día especial.
"María Eugenia es muy especial con nosotros, una ciudadana proactiva, que mantiene limpia la plazoleta, que cuida amorosamente las palomas y que nos apoya en nuestras labores, por eso lideramos esta celebración para decirle lo importante que es para mucha gente la labor que ella adelanta", expresa Paula Munevar, propietaria de Antojando, empresa que comercializa las mejores fresas con crema de Popayán.
Por eso los comerciantes que a diario laboran en este tradicional se unieron al llamado de Antojando para entonar la canción de cumpleaños, rodeando de cariño y amor a María Eugenia, quien alegremente cargó su pastel mientras una velita volcán ardía, como muestra del aprecio que ella ha conquistado entre muchos ciudadanos por su forma de ser extrovertida y alegre.
"Ella es una mujer muy especial, siempre dispuesta a colaborarnos, apoyarnos en nuestra tarea por eso nos unimos a la celebración porque las fechas especiales no deben pasar desapercibidas, menos para María Eugenia, quien siempre nos compartes su compañía acá en la plazoleta", manifiesta Luisa Ruiz, propietaria de Pizza and Love, quien se sumó a la celebración.
Luego de la 'canción cumpleañera', los y las comerciantes y amigos compartieron un fuerte abrazo con ella, para después compartir hermosas palabras de amor y ternura mientras los emprendedores de La Hora Feliz, la venta de las mejores comidas rápidas de la ciudad le ponían más música de cumpleaños, colmándola así de bendiciones en su día especial. María Eugenia, feliz, terminó entonces bailando y comiendo una buena porción de su pastel.