Nombramiento en la Gobernación del Cauca expone el clientelismo político
En días pasados se oficializó el cambio en la Secretaría de Hacienda del Cauca, cargo que ahora ocupa Neyla Yadira Amú Venté en reemplazo de su hermana Laura Olinfa.
Pero lejos de representar una mejora para las finanzas del departamento, este nombramiento destapa la cruda realidad del clientelismo político en la región.
Resulta indignante que el exgobernador Elías Larrahondo y su delfín, el actual mandatario de los caucanos Octavio Guzmán, entreguen un cargo de tal importancia como si estuviese reservado para familias políticamente influyentes, con el único propósito de satisfacer el voraz apetito político y burocrático del exgobernador Larrahondo, quien se presume aspira al Senado de la República de Colombia.
Evidentemente, aquí priman intereses políticos y familiares por encima de las verdaderas necesidades de los caucanos. Se perpetúa el fenómeno de repartir burocracia entre los mismos de siempre, sin importar su capacidad para dirigir áreas neurálgicas en la administración departamental.
Por el bien del Cauca, se requieren funcionarios que, además de ser idóneos, sean transparentes, y no simples cuotas burocráticas. Tampoco es aceptable que unos pocos manejen a su antojo instituciones que deben responder a las necesidades colectivas con visión de largo plazo. Desde este medio, hacemos un enérgico llamado para que cese el clientelismo en los nombramientos públicos. Gobernador Guzmán, es momento de priorizar la gobernabilidad sobre la politiquería. El Cauca merece únicamente lo mejor