Ni usted ni nadie me va a silenciar, concejal Campo

Señor concejal José Alexander Campo

Ni usted ni nadie me va a silenciar, concejal Campo

En su más reciente intervención pública, usted no solo desvió el foco del debate que realmente importa, la gestión de la administración municipal y la baja ejecución presupuestal de varias secretarías, sino que además decidió atacarme directamente, señalándome con nombre propio, sin pruebas, con prejuicios y con una intención evidente: desacreditarme como periodista.

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¿Y sabe qué? No lo va a lograr.

Su discurso, plagado de insinuaciones malintencionadas, busca sembrar dudas sobre mi trabajo, mi ética y mis motivaciones. Me acusa de estar “desenfocado”, de “andar buscando contratos”. Pero yo le respondo de frente, sin miedo y sin rodeos:
mi único contrato es con la verdad, y mi único compromiso es con Popayán.

Usted, que hoy se presenta como defensor de lo público, ¿va a negar que fue uno de los concejales que facultó al exalcalde Ramiro Navia Díaz para entregar el servicio de aseo a la empresa privada Serviaseo?

¿También va a negar que votó a favor de otorgarle poderes a Juan Carlos López Castrillón para crear Ciudad Moderna, esa empresa de economía mixta que hoy opera el alumbrado público con contratos millonarios, y cuyo funcionamiento sigue generando más preguntas que respuestas?

Usted, que ahora se rasga las vestiduras por la ejecución presupuestal de una secretaria, fue parte de los concejales que ayudaron a desmantelar lo público en esta ciudad. ¿O también va a negar su silencio cuando EMTEL comenzó a ser vaciada de funciones?

Yo no necesito curules para decir lo que pienso ni para defender a Popayán. Lo hago desde mi trinchera: el periodismo. Y me duele, sí, me duele, que un concejal, que debería ser garante de la democracia, termine atacando la libertad de prensa con el argumento infantil de que “estamos desocupados”, “hablamos por hablar” o “queremos contratos”.

Yo no tengo precio, concejal. Y por eso usted no sabe cómo callarme.

Agradezco profundamente a los colegas que se han solidarizado conmigo y también a aquellos que publicaron sus infamias. En ambos casos, sirven para evidenciar que en Popayán hay dos tipos de periodistas: los que sirven al poder... y los que le exigen cuentas.

Yo no necesito que me den trabajo en Hacienda ni en Tránsito. Lo que sí necesito, y Popayán también, es que los servidores públicos rindan cuentas, actúen con coherencia y no jueguen a ser fiscalizadores cuando tienen un prontuario de omisiones y silencios selectivos.

Y sí, estoy de acuerdo con usted en algo: todo funcionario que no cumpla con su deber debe ser removido. Pero también le digo esto: todo concejal que haya sido cómplice de la privatización sistemática de los servicios públicos, debería al menos guardar silencio por pudor político.

Señor Campo, no me va a intimidar.
No soy yo quien le hace daño a Popayán. Es la incoherencia. Es el doble discurso.
Y frente a eso, el periodismo digno siempre será un obstáculo.
Así que, si busca enemigos, búsquelos en sus decisiones pasadas. Yo solo soy el que las recuerda.